PROGRAMA
I.
Johann Sebastian Bach (1685 - 1750) |
Preludio y Fuga nº 4 de El clave bien temperado (Cuaderno I) |
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Ludwig van Beethoven (1770 - 1827) |
Sonata nº 31, Opus 110 - Moderato cantabile molto expresivo - Scherzo: Allegro molto - Adagio ma non troppo. Fuga: Allegro ma non troppo |
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Frédéric Chopin (1810 - 1849) |
Scherzo nº 3, Opus 39 |
II.
Franz Liszt (1811 - 1886) |
Bendición de Dios en la soledad (de Armonías poéticas y religiosas) |
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Claude Debussy (1862 - 1918) |
Pour le piano - Prélude - Sarabande - Toccata |
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Olivier Messiaen (1908 - 1992) |
Mirada de la Cruz (de Veinte miradas del Niño Jesús) |
FICHA ARTÍSTICA
Intérprete
Piano: Tito García González
NOTAS AL PROGRAMA
En su búsqueda por entender el mundo, el ser humano ha acudido a lo religioso esperando una respuesta a sus inquietudes. A lo largo de la historia muchos han sido los que a través de la música han plasmado su sentido místico. Aunque en este concierto tan solo hago un recorrido por algunos de los compositores de los últimos trescientos años. Para ello muestro algunos paralelismos, tanto desde el punto de vista de la búsqueda religiosa y de la relación temática (Pasión, Muerte y Crucifixión), como del ambiente social y personal que inspiraron las obras.
En el Preludio y Fuga nº 4 del Cuaderno I de El clave bien temperado, Bach trata de asociar los intervalos de 2ª menor y 4ª disminuida de la Fuga a la imagen de Crucifixión que encontramos también en su Pasión según San Mateo. Observo en la Fuga cierto contenido bíblico y trato de convertir las 5 voces o temas musicales en los personajes principales del pasaje donde se describe la muerte de Cristo. Messiaen establecerá 250 años después esos mismos intervalos a través de sus propios Modos de Transposición Limitada, en la Mirada de la Cruz. Por eso, ya desde las primeras notas y hasta el final, quiero recrear el ambiente más sobrecogedor, recordando a Jesús diciendo sus últimas palabras clavado de pies y manos.
En la Sonata nº 31, op.110, Beethoven hace una autocrítica a la forma clasicista de sus propias composiciones. Adentrándose en un nuevo contenido más subjetivo quiere mostrar su verdadero ser donde confluyen amabilidad y generosidad. Se yuxtaponen la desesperación y el dolor emocional más intenso, sometido diariamente a la vacua realidad sonora causada por una absoluta sordera, en un enjambre de sonidos que sólo puede existir dentro de su cabeza. Esto, en mi opinión, explica un paralelismo entre el Aria de La Pasión según San Mateo, “Es ist vollbracht” (Todo se ha consumado), y el Arioso dolente del III movimiento de la Sonata, cuando Beethoven utiliza la misma célula temática también en modo menor, al igual que hiciera Bach en su Pasión. Podemos decir que esta sonata contiene grandes dosis de religiosidad y misticismo, preludiando el final de su vida entre 1822, año de composición de la obra, y 1827 año de la muerte del autor.
Al final de la primera parte, nos situamos en el monasterio de la Cartuja de Valldemossa (Mallorca) en el invierno de 1839. Un coro de monjes entona modalmente una serie de acordes e inspiran a Chopin para la composición del Scherzo nº 3, op. 39. Ha venido a la isla junto a George Sand para recuperarse de la tuberculosis que había contraído unas semanas antes. El Scherzo se inicia con una introducción breve y misteriosa sobre la que se construye el recio tema principal, staccato, verdaderamente escrito 'con fuego'. Como contraste el segundo tema, meno mosso, conduce a una sección tranquila, coral. La alternancia de ambos temas lleva al esquema A-B-A-B-CODA, infrecuente en la época.
Franz Liszt también muestra una apasionada religiosidad: ¡Que venga, oh, que venga la hora de liberación en la que el poeta y el músico ya no dirán “el público”, sino “el Pueblo y Dios!”. Esta frase pronunciada por el prodigio del piano en 1835 establece una conexión directa entre su profundo misticismo religioso y la composición de obras sacras. Aunque en su madurez llega a recibir la tonsura y las 4 órdenes menores: ostiario, lector, exorcista y acólito, ya desde muy joven, Liszt alberga el deseo incipiente de ingresar en el seminario de París. Debido a su ajetreada vida como concertista recorriendo toda Europa, y principalmente a la influencia de su madre, se decanta finalmente hacia la música en lugar de la vida monástica. Entre 1833 y 1855 su producción creativa explota, componiendo sus más célebres piezas para piano. Se entrecruzan dos estilos: grandilocuente y ascético-religioso. Destacan de este periodo Bendición de Dios en la Soledad, del cuaderno Armonías poéticas y religiosas, título que toma del poeta A. Lamartine, ídolo espiritual de su primera juventud. Era una de sus composiciones preferidas, que siempre tocaba ante sus amigos y familiares.
Continuamos este recorrido con la suite Pour le piano, de Debussy. El compositor francés es el punto de inflexión entre lo antiguo y lo contemporáneo. Nos remitimos a las palabras del compositor y director de orquesta Pierre Boulez: «...sólo a Debussy podemos situarlo junto a Anton Webern en una misma tendencia a destruir la organización formal preexistente en la obra, en un mismo recurrir a la belleza del sonido por sí mismo, en una misma pulverización elíptica del lenguaje».
Para Boulez, el verdadero precursor de la música contemporánea es Claude Debussy, y no la tríada Ígor Stravinski, Arnold Schönberg y Béla Bártok: sin su obra no se entendería no sólo a Ravel, sino tampoco la de Olivier Messiaen. Fue Debussy quien, al romper con la forma clásico-romántica de su tiempo, descubrió un lenguaje musical nuevo, libre, oscilante, abierto a otras posibilidades. Un lenguaje que, aunque tenía su origen en Chopin y Wagner, establecía una alternativa diferente al modelo propuesto por éstos en todos los parámetros que rigen la composición musical, como por ejemplo, las formas del barroco, que revisten una trascendental importancia en su música. Esta dualidad otorga al legado debussiano su perenne actualidad. La suite Pour le piano es un claro ejemplo de ello.
Podemos escuchar en la obra improvisaciones sugerentes, bailes lentos, entremezclando paganismo y misticismo. La obra destila un ambiente ciertamente más oriental que occidental, que a Worms de Romilly, alumna de Debussy, a quien está dedicado el Preludio, le evoca “las campanas y el sonido de Java, salvo el ritmo de Sarabande, que tiene su origen en España. La música cortesana de Java está caracterizada por el desenvolvimiento de las improvisaciones individuales de los músicos. Esta tradición musical mantiene asimismo una fuerte ligazón con el hinduismo y budismo.
Concluyo el programa con Mirada de la Cruz. Se cierra el círculo entre Bach/Messiaen. Las Veinte miradas sobre el Niño Jesús, está considerada una de las obras más importantes del repertorio pianístico contemporáneo. No podemos decir que Mirada de la Cruz esté inspirada en la fuga a 5 voces de Bach, utilizando como él intervalos de 2ª menor y 4ª disminuida, pero sí es cierto que Messiaen se interesó pronto por la música sacra, como ya hicieran Bach, Beethoven y Liszt. Realizó investigaciones sobre música medieval y las músicas de Grecia, India, Bali, China, Japón, Bolivia y Perú, al hilo de la herencia directa tomada de Debussy. Estas búsquedas, combinadas con el estudio de la armonía en Debussy, el ritmo en Stravinsky y la composición serial en la Escuela de Viena, culminaron en obras que plantean nuevos conceptos de la intensidad tímbrica, la duración y el ritmo. La música de Messiaen se inspira en el movimiento de la naturaleza, que es libre y desigual. Interpretando Mirada de la Cruz me viene inmediatamente la imagen de Cristo suspirando: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu…”
Tito García González
TITO GARCÍA GONZÁLEZ
Natural de Salamanca, comienza sus estudios musicales en el Conservatorio Superior de Música de Málaga, en la Cátedra de Horacio Socías. Con 14 años recibe una beca de la antigua Caja de Ahorros de Málaga, con la que tiene la oportunidad de dar varios conciertos en Estados Unidos e Inglaterra, concluyendo el Grado Superior de Piano con José Felipe Díaz. Realiza cursos de perfeccionamiento con Ramón Coll, Oleg Marshev y Emile Naoumoff. Más tarde gana la prestigiosa beca de la Fundación Alexander von Humboldt que concede Alemania a músicos de gran talento, donde se traslada. Allí estudia piano en la Escuela Superior de Música de Bremen con el profesor Kurt Seibert, heredero directo de la escuela de piano tradicional austroalemana (Beethoven, Czerny, Liszt, Krause, Arrau, Fischer, Hansen, Barenboim, Brendel) música contemporánea con Michael Wendebeg, perfeccionándose con Setsuko Iwasaky y Hans Palsson. Obtiene la Licenciatura en piano con las máximas calificaciones. En Berlín, se perfecciona en la especialidad de Música de Cámara con el Quinteto de Vientos de la Orquesta Filarmónica de Berlín. Realiza el Master de Gestión y Promoción de la Música en la Universidad Autónoma de Madrid.
En 1995 realiza su debut en Alemania, en la sala “Siebold” de Bonn. Desde ese momento es invitado a tocar periódicamente en España, Alemania, Portugal y Argentina, como solista y músico de cámara. Se presenta entre otros, en el Festival Internacional de Jóvenes Concertistas de Bayreuth, el Kulturscheune de Elbart y Festival Internacional Max Reger (Baviera), el Festival de Música Iberoamericana de Bremen, la Sociedad Polaco-Alemana, el Instituto Cervantes, Instituto Francés, el Festival de Santa María d’Feira de Oporto, el Teatro Colón de Buenos Aires, el Auditorio Nacional de Música de Madrid, el Festival Internacional de Santander, Centro Cultural Conde Duque, Sociedad Filarmónica de Málaga, Círculo de Bellas Artes de Valencia, el Festival de Arte Sacro de la Comunidad de Madrid, la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad de Santiago, en las giras organizadas por Juventudes Musicales de Barcelona, y en los ciclos monográficos programados sobre Johannes Brahms, Ludwig van Beethoven, Frédéric Chopin, Robert Schumann y Franz Liszt, de la Fundación Juan March (Madrid), Casa Steingräber und Sohne (Bayreuth, Alemania), Haus im Park (Bremen, Alemania), y Centro de Arte de Alcobendas (Madrid).
Ha grabado en directo para Radio-Televisión de Baviera, Televisión Española y sus publicaciones discográficas han sido emitidas por Radio Clásica de Radio Nacional de España. Sus grabaciones más recientes han recibido elogiosas críticas de prestigiosos concertistas internacionales como Emile Naumoff y Jorge Luis Prats.
Actualmente es director titular de la orquesta de cámara Collegium Musicum José Ignacio Prieto. También es profesor de piano y música de cámara en la Universidad Pontificia Comillas (Madrid).