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Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid

Sinfonía nº 2, en si bemol mayor, op. 52, “Lobgesang”. Felix Mendelssohn (1809-1847).

  • Duración aprox: 75’

INTÉRPRETES


ORQUESTA DE LA COMUNIDAD DE MADRID
Víctor Pablo Pérez – Director.

CORO DE LA COMUNIDAD DE MADRID
Pedro Teixeira – Director del Coro.

PROGRAMA

Sinfónica nº 2 “Lobgesang”
F. Mendelssohn (1809-1847)


1. Sinfonia
    Maestoso con moto – Allegro
    Allegretto un poco agitato
    Adagio religioso
2. Coro: Alles, wasOdemhat
3. Recitativo: Saget es, die ihrerlöstseid
4. Coro: Sagt es, die ihrerlösetseid
5. Duetto e Coro: Ichharrete des Herrn
6. Tenore solo: Stricke des Todeshattenunsumfangen
7. Coro: Die Nachtistvergangen
8. Chorale: NundanketalleGott
9. Duetto: DrumsingichmitmeinemLiede
10. Coro: IhrVölker, bringetherdemHerrn

NOTAS AL PROGRAMA

La Sinfonía nº 2, en si bemol mayor, op. 52, subtitulada “Lobgesang” (Himno de alabanza) fue compuesta por Mendelssohn en 1840. Tenía 31 años el compositor y apenas viviría otros ocho más. Lo primero que conviene destacar de esta obra es una considerable confusión con su numeración. Intentemos desentrañar la madeja: la Primera Sinfonía, en do menor, fue compuesta en 1824, con quince años, y es la única que aparece en su sitio si consideramos la cronología como el factor decisivo para ordenar la numeración. La Quinta Sinfonía fue la siguiente en orden de composición, su numeración final parece deberse a que el compositor, descontento con esta obra, no permitió la publicación de la partitura. Otro tanto sucedió con su Tercera Sinfonía, la “Escocesa” que empezó a componerse en 1830 y fue objeto de revisiones hasta 1842; a diferencia de la Quinta, la Escocesa si vio la publicación en 1843. En orden cronológico, la siguiente fue la Cuarta Sinfonía, la popular “Italiana”, que no llegó a publicarse pero que el autor interpretó desde su estreno en 1833. Llegamos, por fin, a la Segunda sinfonía, compuesta en 1840, y publicada un año después, 1841. Según este laberinto y ateniéndonos al inicio de la composición de sus cinco sinfonías, no a su finalización generalmente plagada de revisiones, el orden sería el siguiente: Primera, Quinta, Tercera, Cuarta y Segunda.

Esta Segunda Sinfonía fue compuesta para conmemorar el cuarto centenario de la invención de la imprenta y el compositor la definió certeramente como una sinfonía-cantata sobre palabras de la Sagrada Biblia. Pero, la realidad es que la definición puede resultar engañosa, ya que sugiere una suerte de fusión entre ambos géneros. Sería más justo describirla como una sinfonía más una cantata o, con más precisión, un oratorio. Y es que su curiosa forma consiste en cuatro movimientos instrumentales de carácter sinfónico, y con una duración (25 minutos) que los convierten en una sinfonía convencional: Maestoso con moto, Allegro, Allegretto un poco agitato y Adagio religioso. Y, al finalizar esos cuatro movimientos, comienza una extensa cantata-oratorio para coro y tres voces solistas de alrededor de cuarenta minutos. El total es de una hora y varios minutos de duración.

Esta curiosa y escasamente habitual manera de yuxtaponer una sinfonía, o mejor unos movimientos sinfónicos, a un oratorio puede tener algo que ver en su escasa frecuencia en los programas sinfónicos. Sin embargo, no hay la menor merma de calidad por ello, la prueba es que el súper exigente Mendelssohn la dio por válida, lo que no le ocurrió a dos de sus hermanas de género.

En realidad, y abandonando tantas reticencias, es una obra musical extraordinaria, por más que nuestro historicista manera de escuchar las obras del repertorio nos la presente como una sinfonía más un oratorio. En cuanto a este último, hay que destacar que apenas cuatro años antes (1836), Mendelssohn había dado a conocer su formidable oratorio Paulus con un éxito enorme.

También es de destacar las referencias a Beethoven, cuya memoria era tan cercana y viva en esas primeras décadas del siglo XIX, especialmente entre los músicos sensibles. En cierto modo, esa estructura formada por tres movimientos instrumentales seguidos de un gran movimiento coral no podía dejar de evocar la gran Novena Sinfonía beethoveniana, aunque Mendelssohn amplíe hasta nueve movimientos la parte coral de la sinfonía del gran sordo. También evoca a Beethoven la temática del delicado Adagio religioso que se convierte en el prólogo al desarrollo coral, una serenata enunciada por las maderas con acompañamiento plácido de la cuerda, al modo de las dos primeras sinfonías de Beethoven.

La Segunda Sinfonía fue estrenada en la Iglesia de Santo Tomás de Leipzig (el histórico templo de Bach) el 25 de junio de 1840, formando parte de un festival dedicado a Gutemberg, en el mismo evento en que se estrenó la poco conocida pieza Festgesang. Mendelssohn mismo declaraba que esta obra estaba compuesta “para dar gracias a Dios por el regalo que la imprenta había supuesto para la civilización europea”; motivo más que suficiente, si es que hiciera falta uno, para la selección de los textos bíblicos, recordando que el primer libro impreso por Gutemberg fue justamente La Biblia.

En septiembre de 1943, la obra se presentó en Birmingham, iniciando así una carrera hacia la popularidad en Gran Bretaña que no ha remitido. El primer movimiento, por ejemplo, con su solemne y sentencioso carácter, ha resonado en el imaginario inglés hasta haberse convertido en marca propia en obras tan populares como Pompa y Circunstancia, de Elgar.

Se trata de una obra de un compositor muy maduro y con una técnica asombrosa. Los tres movimientos sinfónicos contienen todo el lirismo y la calidad de un artista que llevaba asombrando al mundo casi dos décadas. En cuanto estas páginas dejan paso al universo coral, Mendelssohn vuelve a revelarnos al gran maestro que había dado a conocer a Bach (y a Haendel, no lo olvidemos) en su prodigiosa recuperación de la Pasión según San Mateo de 1829.

En efecto, la parte coral nos muestra al profundo conocedor de Bach y de su riquísima profundidad en el dominio del coral luterano. Consta de diez números, el primero de ellos es, en realidad, el último movimiento de la parte sinfónica, que se convierte en engarce entre ambas partes. Luego llegan nueve movimientos corales en los que se alternan el coro y los tres solistas vocales, soprano, mezzo y tenor.

Los textos de estos nueve movimientos corales son diversas partes de la Biblia, como indicaba el compositor, especialmente de los Salmos, con algunas partes de Efesios, Isaías y Romanos.

La introducción, a partir del tema del primer movimiento y la figuración del tercero, y el primer coral “Alabe al Señor todo lo que respira”,seguido del aria de soprano “Alaba mi alma al Señor”, dicho desde un nervioso acompañamiento que evoca al del “Sueño de una noche de verano”, abren el magno apartado coral de la sinfonía. Luego llegarán el Recitativo y solo de tenor “Hablad vosotros que habéis sido redimidos por el Señor”, el coro de respuesta, el dúo de sopranos “Deposito mi esperanza en el Señor”, el tenso solo de tenor “Las cadenas de la muerte nos rodean”, uno de los momentos álgidos de la obra, que llega a su cima con el anuncio de la soprano “La noche ha terminado”, que el coro glosa admirablemente en un espléndido fugado. El coral religioso “Demos todos gracias al Señor”, el dúo de soprano y tenor “Por eso mi canto celebrará tu gloria”yel coro final del pueblo en júbilo concluyen esta excepcional página coral.

Jorge Fernández Guerra


ORQUESTA Y CORO DE LA COMUNIDAD DE MADRID

Baluarte de la vanguardia y modelo de atención al repertorio español, desde su creación en 1984 (coro) y 1987 (orquesta), la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid (ORCAM) se ha distinguido por presentar unas programaciones innovadoras, que han combinado lo más destacado de la creación contemporánea con el repertorio tradicional. Crítica y público han subrayado con unanimidad el interés y atractivo de las temporadas de abono de la ORCAM. Su ciclo de conciertos en el Auditorio Nacional de Música se ha convertido en referencia imprescindible en la vida musical española y punto de encuentro de un público variado y dinámico, interesado en conocer todas las corrientes musicales y los frecuentes estrenos absolutos que incluyen sus diferentes ciclos de conciertos.

El sólido aval que representan sus abonados y el respaldo de los más exigentes medios especializados expresan el relieve de la actividad de la ORCAM, que ha prolongado el ámbito de sus actuaciones más allá de la exitosa temporada de abono madrileña, habiéndose incorporado de forma activa a las temporadas de otros escenarios de la Comunidad, como son los Teatros del Canal y el Teatro Auditorio San Lorenzo de El Escorial.

Su presencia ha sido requerida en las salas y ciclos más prestigiosos de toda España, así como en temporadas y festivales internacionales, con visitas en diversas ocasiones a varios países de Latinoamérica y del continente asiático. En Europa ha actuado en lugares tan emblemáticos como el Teatro La Fenice de Venecia, el Lingotto de Turín, el Arsenal de Metz y la Konzerthaus de Berlín. Italia es un país que acoge con frecuencia las actuaciones de la ORCAM, señaladamente la Biennale di Venezia y el Festival MITO (Milán y Turín). De igual modo hay que señalar la actuación celebrada en el Carnegie Hall neoyorquino con Plácido Domingo, a las órdenes del Maestro Miguel Roa.

La estrecha relación de la ORCAM con la lírica viene avalada por el hecho de que la orquesta es, desde el año 1998, Orquesta Titular del Teatro de la Zarzuela de Madrid, lo que le ha situado como máximo exponente del género, llevando a cabo en sus diferentes temporadas reestrenos, reposiciones, recuperaciones, grabaciones y encargos de diversa índole. Asimismo, el Coro de la Comunidad de Madrid es asiduo partícipe de gran número de producciones operísticas que han tenido lugar en el Teatro Real de Madrid desde su reapertura en 1997.

En el ámbito discográfico, cabe destacar los más de cuarenta registros realizados para sellos nacionales e internacionales como Emi, Deutsche Grammophon, Verso, Stradivarius, Decca, Naxos, etc. junto a artistas de la talla de Plácido Domingo, Ainhoa Arteta, Carlos Álvarez o Rolando Villazón, entre otros.

Por el podio de la ORCAM han pasado maestros invitados tan prestigiosos como Harry Christophers, Eric Ericson, Jean Jacques Kantorow, Isaac Karabtchevsky, Fabio Biondi, José Serebrier, Michel Corboz, Lorin Maazel, Paul McCreesh, Shlomo Mintz, Leopold Hager, Krysztof Penderecki, Alberto Zedda y Libor Pesek. Entre los directores españoles que han colaborado con la ORCAM figuran Edmon Colomer, Rafael Frühbeck de Burgos, Antoni Ros Marbà, Enrique García Asensio, Miguel Ángel Gómez Martínez, Cristóbal Halffter, Jesús López Cobos, Ernest Martínez Izquierdo, Víctor Pablo Pérez, Josep Pons, Pablo González y Juanjo Mena.

No menos extensa resulta la nómina de solistas, en la que cabe señalar figuras como Aldo Ciccolini, Shlomo Mintz, Jennifer Larmore, Hansjörg Schellenberger, Michael Volle, Nikolai Lugansky, Benjamin Schmidt, Barry Douglas, Asier Polo, Joaquín Achúcarro, Dietrich Henschel, Dame Felicity Lott, Akiko Suwanai, Artur Pizarro, Anatol Ugorsky, Pablo Sáinz Villegas y Gerard Caussé.

Jordi Casas Bayer ha sido el director del Coro de la Comunidad de Madrid desde 2000 hasta 2011 y, en la actualidad, Pedro Teixeira lo es desde diciembre de 2012. Miguel Groba (1985 – 2000) y José Ramón Encinar (2000 – 2013) han sido los responsables artísticos de la ORCAM hasta la incorporación, en septiembre de 2013, de Víctor Pablo Pérez como Director Titular y Artístico.

La Orquesta de la Comunidad de Madrid es miembro de la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas (A.E.O.S.).

 La ORCAM desarrolla su actividad gracias al apoyo de la Oficina de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid.


VÍCTOR PABLO PÉREZ

Nacido en Burgos, realizó sus estudios en el Real Conservatorio de Música de Madrid y en la Hochschule für Musik de Múnich.

Señalado desde sus comienzos como uno de los grandes y precoces valores españoles en el campo de la dirección de orquesta, de 1980 a 1988 fue director artístico y titular de la Orquesta Sinfónica de Asturias; entre 1986 y 2005 ocupó el puesto de director artístico y titular de la Orquesta Sinfónica de Tenerife, agrupación que se convierte rápidamente en un referente en el panorama musical español. En 1993 toma las riendas de la Orquesta Sinfónica de Galicia, labor que lleva a cabo hasta agosto de 2013, consiguiendo en este periodo un reconocimiento unánime por el nivel de excelencia alcanzado por el conjunto.

Colabora habitualmente con el Teatro Real de Madrid, Gran Teatre del Liceu de Barcelona, Festival Mozart de A Coruña y ha actuado en los festivales internacionales de Música de Canarias, Perelada, Granada, Santander, Schleswig-Holstein, Festival Bruckner de Madrid, Festival de Ópera Rossini, Festival de San Lorenzo de El Escorial y Quincena Musical de San Sebastián.

Además de dirigir habitualmente la práctica totalidad de las orquestas españolas, es llamado como director invitado por diferentes formaciones internacionales como la Orquesta Sinfónica de la Hessische Rundfunk de Fráncfort, Sinfónica de Berlín, Sinfónica de Múnich, Sinfónica de Dresde, Royal Philharmonic, Filarmónica de Londres, Orchestra del Maggio Musicale Fiorentino, Orchestra dell’Accademia Nazionale di Santa Cecilia di Roma, Orchestra Sinfonica Siciliana, Orchestra Sinfonica Nazionale della RAI de Roma, Orchestra Sinfonica di Milano Giuseppe Verdi, Orquesta Nacional de Lyon, Orquesta Nacional del Capitolio de Toulouse, Sinfónica de Jerusalén, Orquesta Nacional de Polonia, Sinfónica de Helsingborg y Sinfónica de Trondheim.

Ha dirigido a grandes solistas de renombre internacional como Krystian Zimerman, Grigori Sokolov, Arcadi Volodos, Leif Ove Andsnes, Paul Lewis, Rafał Blechacz, Frank Peter Zimmermann, Julian Rachlin, Leónidas Kavakos, Anne-Sophie Mutter, Midori, Gil Shaham, Nikolaj Znaider, Sarah Chang, Arabella Steinbacher, Gidon Kremer, Maksim Vengérov, Renée Fleming, María Bayo, Ainhoa Arteta, Natalie Dessay, Nathalie Stutzmann, Ewa Podles, Vesselina Kasarova, Fiorenza Cedolins, Inva Mula, Plácido Domingo, Rolando Villazón, Carlos Álvarez, Josep Bros, María José Moreno, Ann Murray o Manuel Barrueco.

Entre los galardones que ha obtenido destacan el Premio Ojo Crítico de Radio Nacional de España (1990), Premio Ondas (1992 y 1996), Premio Nacional de Música (1995), Medalla de Oro a las Bellas Artes (1999), Director Honorario de la Orquesta Sinfónica de Tenerife (2006), Director Honorario de la Orquesta Sinfónica de Galicia (2013), Hijo Adoptivo de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife y de la Isla de Tenerife, Medalla de Oro del Gobierno de Canarias, Académico correspondiente de las Reales Academias de Bellas Artes de San Fernando (Madrid) y Nuestra Señora del Rosario (A Coruña).

Desde septiembre de 2013 es director artístico y titular de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid.


Información práctica

  • Rascafria
  • Monasterio de El Paular – Patio del Ave María
  • Sábado 9 de julio
  • 21:00 h
  • Entrada libre hasta completar aforo
  • Madrid
  • Real Basílica de San Francisco El Grande
  • Viernes, 15 de julio
  • 21:00 h
  • Entrada libre hasta completar aforo