Os invitamos a abrir los ojos del alma, a que conozcáis y os enriquezcáis con las distintas realidades que nos rodean. Tal vez tenéis cerca a alguien que no puede saltar o correr como vosotros. O que su forma de hablar o de pensar os parezca lenta o rara, pero si nos paramos a escucharle, a compartir con él nuevos juegos y cuentos, descubriremos que no es tan distinto a nosotros.
Incluso puede llegar a ser un gran amigo, una persona divertida con el que poder jugar, compartir aventuras y grandes momentos; ¿quién sabe? ¿y si juntos lográis impedir un secuestro o recordar las palabras especiales que un día dijo un camello?