Antes
de que los alemanes completasen el cerco de Leningrado,
el gobierno soviético logró enviar
a los Urales todas las obras de arte del Museo
del Hermitage. Un guía de ese museo, viejo
y enfermo, decidió continuar con las visitas
guiadas y explicar cuadros que no estaban, con
tal pasión y destreza que los visitantes
acababan por verlos, apreciarlos y comentarlos |