Cantaor de Jerez de la Frontera
Flamenco por derecho
| José Mercé, cante |
| Antonio Higuero, guitarra flamenca |
| Chícharo de Jerez, Víctor Carrasco y Jorge Bautista, palmas y jaleos |
| David del Gasolina, percusión |
José Mercé conoce e interpreta el flamenco como nadie, y el comienzo de Flamenco por derecho está dedicado a los palos más de "raíz " del arte jondo, junto a su cuadro, que interpreta con suma maestría. Nos canta una malagueña, una soleá, unas seguiriyas. Pronto entran a acompañarle sus coristas/palmeros y percusión para realizar unas alegrías y bulerías de Jerez y alguno de sus más grandes éxitos. Con 19 álbumes publicados desde su debut en 1968, José Mercé ha mantenido la esencia pura del cante y la ha mezclado con otros géneros, hasta situarse como un artista clave del flamenco y la música española, rompiendo fronteras. En la actualidad está triunfando con una gira, interpretando canciones de su paisano y "vecino " Manuel Alejandro con un éxito inigualable, sin dejar de lado su perfil flamenco, del que podremos disfrutar en diferentes y variados escenarios.
José Soto Soto, José Mercé, nació en el jerezano barrio de Santiago. Es biznieto de aquel seguiriyero decimonónico bautizado Francisco Valencia, que respondía por Paco Luz, uno de los puntuales del genuino arte de Santiago; sobrino de Manuel Soto Sordera, actual patriarca del flamenco local. Gitano, Mercé llegó predestinado para el cante. Antes de que le creciera la voz terrible del duende, con seis años se incorporó a la escolanía de la Basílica de la Merced -de ahí su apelativo artístico-, donde estuvo otra media docena de años cantando en dulce latín a los santitos del cielo.
La última temporada celestial la empezó a compaginar con el impulso cantaor, estrenándose, como muchos compañeros, en Los Jueves Flamencos, un ciclo de espectáculos típicamente jerezano que montaba el guitarrista Manuel Morao. Visto el potencial talento de Mercé, es reclamado para integrarse en el elenco artístico del tablao de Cádiz, donde estaban Rancapino, Pepa de Utrera y Juan Villar. De ahí le reclamarían a Madrid para grabar.
El poeta Manuel Ríos Ruiz, su paisano, su primer rector y mentor, se hará cargo de la producción, y le pondrá de tocaores a Manolo e Isidro Sanlúcar. Pasado el tiempo, el que fue Premio Nacional de Literatura dejará escrito: "La consolidación de José Mercé como nueva figura del cante significa para Jerez de la Frontera la continuidad del milagro jondo ". Mercé se asienta en Madrid al cumplir los trece años, viviendo, al principio, en el domicilio de su tío Manuel, El Sordera, y compartiendo con la familia el trabajo diario de los tablaos de la capital.
En Torres Bermejas, su primera casa, acompañará nada más y nada menos que al trío Madrid o, lo que es lo mismo, a Mario Maya, Carmen Mora y el Güito. Por sus excelentes condiciones -planta poderío y compás-, el jovencísimo José Mercé se había convertido en uno de los cantores más valorados por los artistas de baile.
Tanto es así que, antes de cumplir la mayoría de edad, Antonio Gades se lo lleva a su compañía. Con la estrella de la danza, Mercé recorre Europa y América. Es en esta época cuando impresiona su primer long play, José Mercé (1972), graba Cante flamenco vol IV, participa en dos álbumes colectivos, Canta el pueblo flamenco y El cuarto de los cabales, y hace sus primeras apariciones televisivas en calidad de figura en ciernes. Desde 1973 a 1983 estuvo Mercé al lado de Gades. Entonces grabó Bandera de Andalucía (1977) y alcanzó a participar en la película Bodas de sangre (1981), que inaugura la formidable trilogía cinematográfica Saura-Gades-Piedra, que tanto contribuyó a difundir mundialmente el flamenco.
Tras la experiencia con Gades, Mercé pasará por el Ballet Nacional de España e intentará dar una salida comercial a su carrera, con la grabación de un vinilo de canción aflamencada, Carmen, bajo la batuta de Manuel Sánchez Pernía. El circuito flamenco estaba entonces limitado a los importantes festivales andaluces de verano y no era fácil entrar allí, máxime cuando residía en Madrid -y no había AVE, ni autovía-. Se estrenó hace tres lustros en la Reunión de Cante Jondo de La Puebla de Cazalla, Sevilla. Los nervios que pasó aquella noche, la entrega que puso en cada una de las innumerables presentaciones en peñas flamencas que vinieron a continuación, se compensan sobradamente con los resultados profesionales que le sucedieron. Casi desde entonces, José Mercé encabeza los carteles sureños.
Se había presentado al Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba en 1983, cuando aún no le conocían. Y lo que son las cosas, se volvió de vacío. Lo cuenta el propio Mercé: "Pienso que canté mejor que en el 86, que me dieron dos premios -Mercé la Serneta y Pastora Pavón-, y creo que era porque en la primera ocasión no me conocían y en la segunda ya sí. Hasta en mi tierra me sentía forastero. Nadie es profeta en su tierra. Cuando llegué a Jerez, al primer festival en que me encontraron allí, las miradas que me echaban eran puñaladas. El puesto que tengo ahora en los festivales me lo he ganado en directo, a base de darlo todo en ellos ". A ese periodo corresponden los discos Verde junco (1985), Caminos reales (1987), Hondas raíces (1991) y Desnudando el alma (1994).
En 1998 comenzó su salto a la popularidad con el álbum Del amanecer, producido por Vicente Amigo y que, según el flamencólogo José Manuel Gamboa, "convirtió a José Mercé en un artista de masas, colocándolo a la cabeza de la movida jonda ". Después el éxito aumentó con Aire (2000), Doble Disco de Platino, y Lío (2002), que el propio Mercé define como "un disco hecho con el corazón ". Más tarde llegaron Confí de fuá (2004), Lo que no se da (2006), un Grandes éxitos (2007) y Ruido (2010). En la segunda década de este siglo ha publicado Mi única llave (2012), Doy la cara (2016) y De verdad (2019, con Tomatito).
En febrero de 2010, Mercé recibió la Medalla de Andalucía, distinción honorífica que reconoce los méritos excepcionales del cantaor.
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