Lenguajes relacionados con la creación escénica multidisciplinar
Creador: Arturo Babel (dramaturgia, dirección e interpretación)
Interviene:
Con la voz de: Leonor Martín
Con música de: LOOF y Gonfio
Técnico de sonido, mezcla y masterización: Gorka Lopez
El Decálogo de La Ciudad sin Nombre. Capítulo IV: Que no me entierren la voz es un ejercicio sonoro en el que se unen la creación dramática y la composición musical, una intervención en las ondas sonoras para que sea ahí donde se den cita la creación dramatúrgica, la poesía, la interpretación, la música electrónica y el pensamiento crítico.
En este capítulo asistimos a la voz del poeta de La ciudad sin nombre, víctima y testigo del transcurso del tiempo, carne propia sobre la que se desenvuelve el avance trágico de su ciudad. En un intento de remediar que nuestra realidad acabe pareciéndose a su distópica ficción, el poeta nos hace llegar sus testimonios en forma de mensajes sonoros.