Comunidad de Madrid
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Nereydas y María Espada

Senderos del alma.
Música sacra para los Reales Sitios: Madrid y El Escorial

ENCARGO DEL FIAS | ESTRENO EN TIEMPOS MODERNOS

Programa

Baldassare Galuppi (1706-1785)
Concerto a quattro en Re mayor
I. Maestoso
II. Allegro

Francesco Corselli (1705-1778)
Lamentación segunda del Miércoles Santo en Re menor (1746)*
Lamentación segunda del Miércoles Santo en Fa menor (1768)*

Antonio Ugena (1745 o 1746-ca. 1816)
Lamentación primera del Viernes Santo en Sol menor (1770)*

Baldassare Galuppi
Concerto a quattro en Sol menor
I. Grave e Adagio
II. Spiritoso

Antonio Soler (1729-1783)
Sonata para teclado en Re mayor D. 84
Lamentación segunda del Miércoles Santo en Re menor*

Jaime Ferrer (1762-1824)
Villancico de Navidad a solo, Soy pastorcilla” (1798)*


* Obras inéditas


Intérpretes

María Espada | soprano
Nereydas, Javier Ulises Illán | director

Ricard Renart | concertino
Paula Pérez | violín
Fumiko Morie | violín
Ignacio Ramal | violín
Leonor de Lera | violín
Sergio Suárez | violín
Lola Fernández | viola
Guillermo Turina | violonchelo
María Saturno | violonchelo
Rodrigo Moro | contrabajo
Daniel Oyarzábal | clave
Manuel Minguillón | cuerda pulsada

Notas al programa

En el siglo XVIII la vida de la corte española era itinerante. Se desarrollaba en el Palacio Real de Madrid y en los distintos Reales Sitios según un calendario anual prácticamente invariable. Este ciclo anual se iniciaba con el traslado del rey desde Madrid a El Pardo después de la fiesta de Reyes. Tras otro breve paso por Madrid, el rey salía hacia Aranjuez para pasar allí la primavera. El verano transcurría en La Granja de San Ildefonso, a los pies de la fresca sierra de Guadarrama. Al comienzo del otoño se trasladaba a El Escorial. El regreso a Madrid se realizaba en las últimas semanas del año.  El mismo itinerario volvía a repetirse cada año.

En los distintos Reales Sitios, algunos espacios de culto mantenían el servicio religioso a lo largo de todo el año, incluso durante las largas ausencias de la corte. Era el caso de la iglesia del monasterio jerónimo de San Lorenzo de El Escorial, de la colegiata de la Granja de San Ildefonso o de la propia capilla madrileña, que servía como parroquia desde 1753, primero en sus localizaciones provisionales y, al concluir su construcción en 1764, en el Real Palacio. Asimismo, los músicos de la Real Capilla eran regularmente llamados por el rey para solemnizar las principales fiestas del año en los otros Reales Sitios en los que se encontraba la corte. De esta forma, como si el poder de la monarquía se proyectara simultáneamente en distintos escenarios, las mismas celebraciones litúrgicas se oficiaban en las distintas capillas palatinas en un mismo momento. Como ha mostrado el investigador Luis López Morillo, en todos estos lugares, la música sagrada, cuyo repertorio se renovaba constantemente, representaba al rey y legitimaba el origen divino de la monarquía.

Dado que se conservan, por ejemplo, distintos juegos de lamentaciones compuestos en un mismo año, parece plausible que los compositores más cercanos al monarca escribieran música de Semana Santa para ser interpretada en presencia del rey, que generalmente se encontraba en ese momento en Aranjuez, mientras que en la Real Capilla de Madrid se interpretarían otras obras del repertorio ordinario de la institución. Es la propuesta de escucha que proponemos en este programa con obras para la Semana Santa escritas sobre el mismo texto y que podrían haberse cantado al mismo tiempo en distintas capillas de los Reales Sitios.

A pesar de los esfuerzos realizados por músicos e investigadores en las últimas décadas, el inmenso y opulento repertorio musical sacro utilizado en los distintos centros religiosos dependientes de la monarquía en Época Moderna sigue siendo bastante desconocido pese a su extraordinaria variedad y riqueza. Para este programa del FIAS se han seleccionado algunas joyas del repertorio vocal, todavía inédito, de las capillas palatinas españolas del siglo XVIII, y se ha tejido con música la unión de la villa de Madrid con San Lorenzo de El Escorial a través del camino Real, como vía física, desde el que se abren estos otros caminos espirituales, senderos del alma, que son los de la arraigada devoción que se cultivaba en los distintos Reales Sitios.

Las obras vocales del programa sobrevuelan toda la segunda mitad del siglo XVIII. Veintidós años separan la Lamentación segunda del Miércoles Santo en Re menor, compuesta por el maestro de la Real Capilla Francesco Corselli en 1746, pocos meses antes del fallecimiento de Felipe V, de la Lamentación en Fa menor del mismo autor, compuesta en 1768, reinando ya Carlos III. De Ugena, que sucedería a su mentor Corselli como maestro de capilla y se mantendría activo hasta los albores del siglo XIX, escucharemos una obra de juventud, escrita para la Semana Santa de 1770, aunque continuó en uso más adelante en una versión abreviada. A pesar de que Ugena fue un personaje controvertido y conflictivo en el seno de la institución, Corselli le nombró vicemaestro y confió en él como su sucesor al frente de la Real Capilla. Es fundamental poder escuchar su música, con la que dotó el repertorio de la Real Capilla durante más de tres décadas, bajo los reinados de Carlos III y Carlos IV. Este programa pretende dar un primer paso en la revalorización de su música religiosa con la Lamentación primera del Viernes Santo.

Este recorrido sensible por los ambientes regios del siglo XVIII se completa con la música de Baldassare Galuppi, conocido como “Buranello” por ser oriundo de la isla veneciana de Burano. El propio Francesco Corselli conocía sin duda la música de Galuppi de la época en la que ambos, todavía jóvenes, estrenaban sus primeras óperas en los teatros venecianos. La música instrumental de Buranello, que gozó de una amplia difusión manuscrita en toda Europa, se encontraba también en las colecciones de la élite melómana en España. Aunque era uno de los compositores más modernos y celebrados de Europa, Galuppi aplica en los Concerti a quattro la bella seriedad del estilo veneciano conservador de la anterior generación, la de Albinoni y Vivaldi. Así, su música instrumental abre solemnemente el programa y acompaña de nuevo al oyente camino de El Escorial.

En el Real Monasterio, cualquier visitante melómano era recibido por la música vital y luminosa del monje jerónimo Antonio Soler, evocadora a veces de los ritmos y colores de la música popular. Su celda era frecuentada por músicos y aficionados cuando la corte permanecía en este Real Sitio. Pero la vida musical continuaba incluso cuando los caminos quedaban desiertos y silenciosos tras la partida de la comitiva real.

Soler, conocido por sus vibrantes e imaginativas sonatas para teclado y que se definía a sí mismo como “el diablo vestido de fraile”, ofrece en la Lamentación segunda del Miércoles Santo, en admirable contraste, su faceta más austera y contrita. La obra, conservada en la el archivo de música del monasterio de El Escorial, explora la peculiar formación de tiple, violonchelo y acompañamiento. Concebida con una admirable economía de recursos, esta lamentación está construida a partir de dos motivos melódicos breves de carácter opuesto, uno descendente y diatónico, vinculado a las imágenes más dolorosas del texto litúrgico, y otro ascendente y cromático, vinculado a la idea de esperanza o de consuelo, que son delicadamente reelaborados sin caer nunca en un virtuosismo gratuito.

Resulta interesante poder comparar las distintas formas de poner música al conocido texto de las Lamentaciones, perteneciente al Antiguo Testamento y atribuido por la tradición al profeta Jeremías, que canta la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor en el siglo VI a. C. El carácter elegíaco del texto explica sin duda por qué fue incorporado a la liturgia de la semana de Pasión. El texto de la segunda lamentación del Miércoles Santo, con sus crudas imágenes de decadencia y destrucción (“sus príncipes, como carneros que no hallan pasto, caminaron sin fuerzas delante del enemigo que los seguía”), de la que oiremos distintas puestas en música, contrasta con el de la Segunda lamentación del Viernes Santo que es una meditación más luminosa sobre la esperanza en la misericordia divina. La contención melódica, junto con la elección de tempi lentos y de tonalidades oscuras, como Re menor o Fa menor, son rasgos distintivos de estas composiciones intensamente bellas con las que se busca acompañar el recogimiento propio de la época de Pasión. No obstante, la obra más temprana de Corselli, la Lamentación en Re menor de 1746, incluye puntualmente pasajes más exigentes para el tiple, como los melismas sobre la letra hebrea Teth o el dramático melisma sobre la palabra sabbata, referida a las fiestas del pueblo judío escarnecidas por sus enemigos. Para reforzar el carácter de estas obras, Corselli utiliza un lenguaje voluntariamente contrapuntístico y denso, que parece invitar a la reflexión y al recogimiento. Ugena es heredero de Corselli en la forma musical, pero prefiere una textura ligeramente más transparente y, en ese sentido, más moderna. Desde el punto de vista compositivo, las cuatro lamentaciones de este programa comparten dos características fundamentales: la elaboración melódica de la voz en cada letra del alfabeto hebreo que introduce cada sección del texto, a diferencia de los versículos en latín, cuyas melodías son más sobrias, y la atención que los tres autores prestan al último verso del texto (“Jerusalem, convertere ad Dominum Deum tuum”). Esta sección final, normalmente ascendente y de textura opuesta a la utilizada para ilustrar las imágenes de dolor del texto precedente, enfatiza el mensaje de súplica y esperanza tras la destrucción de la ciudad.

En contrapunto con el repertorio de Semana Santa, el programa se cierra con una nota de vida, de ternura y de esperanza. Gracias al pliego impreso para la ocasión, en el que se publicaban los textos de los villancicos para repartirlos entre los asistentes a las funciones, sabemos que el encantador villancico Soy pastorcilla del padre jerónimo Jaime Ferrer (1762-1824), dedicado al nacimiento del Niño Jesús, fue compuesto para los maitines de Navidad celebrados en la iglesia del monasterio escurialense en el año 1798. Ferrer, discípulo de Antonio Soler, fue su sucesor como maestro de capilla del monasterio. El modelo de la música teatral, como es habitual en el género del villancico, no está lejos. La obra, extrovertida y desenfadada, contiene los rasgos típicos de la tonadilla a solo, con la presentación del personaje en el tono pastoral que conviene al tema (“Soy pastorcilla”) y las animadas seguidillas conclusivas (“Pastorcito querido”), en las que declara su amor por Jesús, rematadas por unos ayes a Jesús, a la Virgen y a San José.

Este concierto, con el que Nereydas clausura el Festival Internacional de Arte Sacro, con el título de “Senderos del alma. Música para los Reales Sitios: Madrid y el Escorial” propone un recorrido por un doble camino: el real y físico, que une la constelación de lugares en los que se proyectaba la dimensión divina de la monarquía hispánica, y el espiritual, que lleva de la humilde contrición a la esperanza luminosa y al gozo por la vida renovada. A su vez este proyecto viene a dar un paso más, tras el iniciado también en el FIAS 2019 con el programa “Estruendos sonorosos”, liderado por la investigadora Judith Ortega, para asentar la colaboración entre Nereydas y el Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU), y, así, avanzar en el conocimiento de las músicas que sonaban durante el siglo XVIII en el exclusivo entorno de la realeza y poder ofrecerlas hoy para deleite de todos.

Lluís Bertran y Juan Miguel Illán



Este proyecto de investigación y recuperación de música histórica de Nereydas es un encargo al Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU), que dirige Álvaro Torrente, y ha sido realizado en el marco del proyecto I+D MadMusic-CM “Espacios, géneros y públicos de la música en Madrid, ss. XVII-XX” (ref. H2019/HUM-5731) financiado por la Comunidad de Madrid. El equipo de musicólogos está formado por Lluís Bertran, editor científico del ICCMU y director del proyecto, y Juan Miguel Illán, responsable de las ediciones críticas de la música.
La participación en el proyecto de Juan Miguel Illán ha sido posible gracias al programa de Garantía Juvenil en I+D+i de la Agencia Estatal de Investigación (Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades), cofinanciado por el Fondo Social Europeo y la Iniciativa de Empleo Joven de la Unión Europea (PEJ2018-005331-A).

Las fuentes musicales utilizadas para la edición crítica de la música que se escuchará en este concierto se encuentran en la colección de música de la Real Capilla del Archivo General del Palacio Real de Madrid y en el archivo de música del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (Patrimonio Nacional).

Sobre la formación e intérpretes

Nereydas es una formación fundada en 2010, dirigida por Javier Ulises Illán, para investigar, recuperar, interpretar y difundir el patrimonio musical.

El conjunto trabaja un amplio repertorio que abarca diferentes periodos estilísticos, desde el Renacimiento y el Barroco hasta programas sinfónico-corales del Clasicismo.

La mayor fortaleza de Nereydas, una agrupación abierta y flexible, reside en la capacidad para ensamblar, integrar y adaptar el número de músicos de amplia experiencia y formación, instrumentistas y voces, para desarrollar cada proyecto.

Sus interpretaciones, realizadas con criterios historicistas, están basadas en el estudio de las fuentes y el trabajo musicológico sobre cada partitura para ofrecer la esencia, el estilo, el espíritu propios de cada periodo y cada obra, utilizando instrumentos originales de época o copias fidedignas de los mismos.

En su afán divulgador, los conciertos de Nereydas se desarrollan de manera ilustrativa y comentada, con el fin de favorecer el acercamiento de todas las personas a la cultura musical y a la emoción que la música transmite.

Nereydas es invitada regularmente a festivales y, en su variada trayectoria, ha participado en programaciones de prestigio como las del Centro Nacional de Difusión Musical, el Festival de Música Antigua de Versalles (Francia), Festival Internacional de Arte Sacro de la Comunidad de Madrid, Festival de Música El Greco en Toledo, Festival Iberoamericano de Música «Manuel de Falla» de Cádiz, Semana de Música de Cámara del MUSEG, Veladas de Arte Sacro de Guadalajara, Ciclo Primavera Barroca, Ciclo de Músicas Histórica de León,  Festival de Música Antigua de Úbeda y Baeza, Salamanca Barroca, Semana de la Música Antigua de Álava, Semana de Música Antigua de Logroño o Festival Boadilla Clásicos, entre otros muchos más. Su trabajo ha sido reconocido por la crítica especializada nacional e internacional por su excelente sonido, afinación, empaste, conjunción, apasionamiento y capacidad para el matiz.

Bajo la dirección de Javier Ulises Illán, con la colaboración de importantes solistas, Nereydas ha publicado Angélico Greco. El cielo se llenó de música, CMY Baroque y Editorial Cuarto Centenario (2014), libro-disco muy elogiado en medios de comunicación y revistas musicales especializadas; con el protagonismo del contratenor Filippo Mineccia ha grabado los discos: The Jommelli Album, Pan Classics (2016), reseñado muy positivamente en las plataformas digitales europeas y una referencia imprescindible en los géneros sacro y operístico del siglo XVIII, y Siface: L’amor castrato, Glossa (2018), con destacados reconocimientos en publicaciones como El País y Scherzo (España), Diapason (Francia) o Gramophone (Inglaterra).

Nereydas está inmersa en un importante proyecto colaborativo académico, universitario y cultural para recuperar música de la realeza de los archivos de Patrimonio Nacional y de las catedrales de España, cuyo inicio ha sido el trabajo científico y musicológico, de investigación y recuperación “Estruendos sonorosos. Música para la Real Capilla de Palacio (1743-1797)” con el Instituto Complutense de Ciencias Musicales que dirige Álvaro Torrente, y ha sido realizada en el marco del proyecto I+D MadMusic (La música en Madrid. Espacios, géneros y públicos de la música en Madrid, ss. XVII-XX)Las músicas de este proyecto fueron interpretadas por Nereydas con la soprano María Espada en el concierto de Inauguración del Festival Internacional de Arte Sacro de la Comunidad de Madrid y posteriormente en el VII Festival de Música El Greco en Toledo; asimismo la Universidad Complutense le ha concedido a este trabajo, dirigido por Judith Ortega y sus colaboradores, un accésit y mención especial en el V Premio de Transferencia de Tecnología y Conocimiento, en el Área de Ciencias y Humanidades.

Por su labor, Nereydas está considerada como una referencia en la recuperación, valoración, interpretación y divulgación del patrimonio musical.

Nereydas pertenece a la Asociación de Grupos Españoles de Música Antigua (GEMA).

www.nereydas.com



Textos de las obras

Lamentación segunda del Miércoles Santo

Vau. Et egressus est a filia Sion
omnis decor ejus;
facti sunt principes ejus velut arietes
non invenientes pascua,
et abierunt absque fortitudine
ante faciem subsequentis.
Zain. Recordata est Jerusalem
dierum afflictionis suæ et prævaricationis,
omnium desiderabilium suorum,
quæ habuerat a diebus antiquis,
cum caderet populus ejus in manu hostili,
et non esset auxiliator;
viderunt eam hostes
et deriserunt sabbata ejus.
Heth. Peccatum peccavit Jerusalem,
propterea instabilis facta est;
omnes, qui glorificabant eam,
spreverunt illam,
quia viderunt ignominiam ejus:
ipsa autem gemens
conversa est retrorsum.
Teth. Sordes ejus in pedibus ejus,
nec recordata est finis sui;
deposita est vehementer,
non habens consolatorem.
Vide, Domine, afflictionem meam,
quoniam erectus est inimicus.




(Lm. 1, 6-9)

Jerusalem, Jerusalem, convertere ad Dominum Deum tuum.

Vau. Perdió la hija de Sion
lo que tenía de belleza;
sus príncipes, como carneros
que no hallan pasto,
caminaron sin fuerzas
delante del enemigo que los seguía.
Zain. Jerusalén se acordó
de los días de su aflicción, de su prevaricación,
y de todo lo más precioso
que antiguamente poseía,
cuando su pueblo cayó en manos del enemigo,
sin tener quien le ayudase;
viéronla sus enemigos
y se burlaron de sus fiestas.
Heth. Jerusalén cometió un grande pecado,
por esto no subsistió;
todos los que la alababan,
la menospreciaron,
porque vieron su ignominia:
y ella gimiendo
volvió la cara atrás.
Teth. Sus inmundicias en sus pies se veían,
no se acordó de su fin;
ha sido en extremo abatida,
sin tener quien la consuele.
Mira, Señor, mi aflicción,
porque el enemigo se ha envanecido.

 

Jerusalén, Jerusalén, conviértete a tu Dios y Señor.

 

Lamentación primera del Viernes Santo

De Lamentatione Jeremiæ Prophetæ.

Heth. Misericordiæ Domini,
quia non sumus consumpti;
quia non defecerunt miserationes ejus.
Heth. Novi diluculo,
multa est fides tua.
Heth. Pars mea Dominus,
dixit anima mea;
propterea expectabo eum.
Teth. Bonus est Dominus sperantibus in eum,
animæ quærenti illum.
Teth. Bonum est præstolari cum silentio
salutare Domini.
Teth. Bonum est viro,
cum portaverit iugum ab adolescentia sua.
Iod. Sedebit solitarius et tacebit,
quia levavit super se.
Iod. Ponet in pulvere os suum,
si forte sit spes.
Iod. Dabit percutienti se maxillam,
saturabitur opprobriis.

(Lm. 3, 22-30)

Jerusalem, Jerusalem, convertere ad Dominum Deum tuum.

De la Lamentación del Profeta Jeremías.

Heth. Por la misericordia del Señor
no estamos ya consumidos:
porque no faltaron sus clemencias.
Heth. Las renuevas cada día,
eres muy fiel.
Heth. El Señor es mi parte,
dijo mi alma:
por esto a él esperaré.
Teth. Bueno es el Señor para los que esperan en él, para el alma que lo busca.
Teth. Bueno es esperar en silencio
el socorro del Señor.
Teth. Bueno le es al hombre
llevar el yugo desde su mocedad.
Iod. Se sentará en soledad, y callará:
porque lo llevó sobre sí.
Iod. Pondrá su boca en el polvo,
por si hay esperanza.
Iod. Dará su mejilla al que lo herirá,
se saciará de oprobrios.

 

Jerusalén, Jerusalén, conviértete a tu
Dios y Señor.

Traducción castellana del Dr. Joseph Rigual, extraída del Oficio de la Semana Santa, y semana de Pasqua, en latín y castellano, con varias notas (4ª edición, Barcelona, Mateo Barceló, 1798).


 

Villancico a solo, "Soy pastorcilla"

Soy pastorcilla
que amante quiero
dos palabritas
decir al Verbo.
Chocorrotito:
bella es la Madre,
lindo el Chiquillo.
Infantito, pulidito,
oye, escucha, graciosito,
y recibe mis suspiros.
Perla del alma,
dulce embeleso,
Niño querido,
mi amado Dueño,
oye, mi vida,
oye, mi Cielo,
¡ay que te adoro,
te estimo y te quiero! (chi, chi)
esto es muy cierto;
vaya, vaya, carita de Cielo,
venga, venga de ti el consuelo.

Pastorcito querido,
bien de mi vida,
ya no soy pastorcilla,
sino ovejita.
¡Ay Jesús! ¡Ay María, ay Josef!

Ya sé, Pastor Divino,
que al mundo vienes
a quitarnos los males
y a darnos bienes.
¡Ay Jesús! ¡Ay María, ay Josef!

Pastor mío, te ofrezco
nunca dejarte,
y así no podrá el Lobo
despedazarme.
¡Ay Jesús! ¡Ay María, ay Josef!



Versión ligeramente modificada por el compositor del texto publicado en Villancicos que se han de cantar en los solemnes maytines del Nacimiento de Christo Nuestro Redentor, en el Real Monasterio de San Lorenzo (vulgo) del Escorial. Puestos en Música por el P. Fr. Jayme Ferrer, Mro. de Capilla de él: siendo Prior el Rmo. P. Fr. Diego de la Mota. Año de 1798 (sin pie de imprenta).

Información práctica

  • Madrid
  • Basílica Pontificia de San Miguel
  • J25 de MARZO | 19:00h

Vídeo