Con una sólida formación y tras su paso por el Ballet Nacional de España donde interpretó papeles como primera bailarina y solista, Sara Calero ha despuntado como una de las más versátiles artistas de su generación.
Creadora de universos propios, construye paisajes escénicos poblados de baile y poesía, transgrediendo fronteras, asumiendo retos y combinando el virtuosismo técnico con la reflexión y las emociones. Después del éxito en la Bienal de Sevilla, Madrid en Danza y Los Veranos de la Villa con su primer trabajo en solitario Zona Cero, Sara nos trae El Mirar de la Maja, una propuesta inspirada en imágenes femeninas goyescas, música de Enrique Granados y la figura de la artista Imperio Argentina.

El Mirar de la Maja nos transporta al mundo del lienzo, donde habita una mujer desconocida rodeada de pinturas, tonadillas y leyenda...

Para ello Sara cuenta con la colaboración de Gema Caballero al cante; de Fernando de La Rua a la guitarra flamenca y de Pablo Romero Luis a la guitarra clásica. Músicos de gran talento y preparación, entregados a la creación e interpretación de este nuevo espectáculo cargado de sensibilidad y frescura.

Sobre la coreógrafa

Titulada con matrícula de honor por el Conservatorio de Madrid en el año 2002, debutó como solista con 17 años de la mano del maestro José Granero en el Festival de Jerez, junto a Lola Greco, Maribel Gallardo, María Pagés y Beatriz Martín. Desde entonces su trabajo como solista y primera bailarina se ha desarrollado en compañías como la de Antonio Márquez o Ibérica de danza, realizando giras por importantes teatros de todo el mundo. En el año 2005 participa junto a Carmen Linares en el Festival de Lucerna. En 2007 entra a formar parte del Ballet Nacional de España donde también interpretará papeles en estas categorías. Y un año después, participa en el certamen coreográfico de Madrid siendo premiada como bailarina sobresaliente, mejor composición musical y fotoescena a la mejor imagen con la coreografía creada por ella, Camino a mí. En 2010 renunció a su trabajo en el Ballet Nacional de España para embarcarse en un proyecto personal llamado Zona Cero.