Danza contemporánea
Dosis de Paraíso nace de la necesidad de tratar el amor y la relación entre dos personas en escena, estableciendo un diálogo con las nuevas tecnologías que permita encontrar nuevos espacios subjetivos, emocionales, internos, en los que poder sumergirse en la complejidad de esta materia. La evolución de las relaciones humanas y sus posibilidades para lograr la armonía siguen siendo fuente de inspiración y territorio de exploración para Sharon Fridman.
La repetición es clave en este trabajo, a través de ella se va desarrollando la transformación de un estado dentro de un ciclo. El movimiento en una relación, que nace desde una necesidad, demanda una satisfacción por parte del otro. Repitiendo una acción, un gesto, consolidamos una ruta, y solo llevando ese mismo movimiento a su límite podremos bifurcar hacia otro lugar.
Para la determinación del espacio escénico se ha desarrollado una intensa investigación sobre cómo las nuevas tecnologías lumínicas y audiovisuales pueden contribuir a la creación de atmósferas emocionales y sugerir alteraciones en el transcurrir del tiempo. La dramaturgia de la luz se convierte en un enfoque fundamental a la hora de dibujar “paisajes anímicos”, permitiendo saltar de un espacio en el que habita una realidad existencial y cotidiana a un espacio simbólico, imaginario, en el que se revelan otros planos de lo real. Es fundamental para lograr en el espectador un estado de apertura en el que sea posible la inmersión escénica.