En el día a día los consumidores adquirimos todo tipo de productos bien por necesidad, capricho o en ocasiones especiales para regalar. A continuación vamos a conocer que es imprescindible tener en cuenta a la hora de comprar un producto para tener la certeza de que estamos ante un producto seguro y cuáles son los mecanismos que la Comunidad de Madrid emplea para detectar y eliminar del mercado aquellos productos que puedan suponer algún riesgo para el consumidor.
Los productos puestos a la venta en la Unión Europea deben estar fabricados conforme a una serie de requisitos de seguridad, además de incluir una información mínima al consumidor, como por ejemplo, los datos de la empresa responsable del producto en la Unión Europea, la composición y las instrucciones de uso, que varían en función del tipo de artículo. Esta información debe estar, al menos, en español.
Los fabricantes y distribuidores tienen la responsabilidad de comercializar sus productos cumpliendo esas exigencias, además de evaluar y prevenir sus riesgos. La legislación les obliga a notificar inmediatamente a las autoridades de consumo cualquier problema de seguridad que detecten en sus productos.
Todo producto introducido en el mercado nacional debe ser seguro.
Es necesario tener en cuenta los siguientes elementos:
Características del producto, entre ellas, su composición y envase.
Efecto sobre otros productos cuando se pueda prever la utilización del primero junto con los segundos.
Información que acompaña al producto. En particular, etiquetado, posibles avisos e instrucciones de uso y eliminación, instrucciones de montaje y, si procede, instalación y mantenimiento, así como cualquier otra indicación o información relativa al producto.
Presentación y publicidad del producto.
Categorías de consumidores que estén en condiciones de riesgo en la utilización del producto, en particular, niños y personas mayores.
Producto seguro será aquél que en condiciones de utilización normales, incluidas las condiciones de duración y, si procede, de puesta en servicio, instalación y de mantenimiento, no presente riesgo alguno o únicamente riesgos mínimos compatibles con el uso del producto y considerados admisibles dentro del respeto de un nivel elevado de protección de la salud y de la seguridad de las personas.
Existen varias formas de detectar un producto no seguro:
1.
Denuncias de los propios consumidores. Cuando un usuario percibe algún indicio de que un artículo no cumple con las normas de seguridad o no ofrece la información obligatoria en su etiquetado, puede acudir a la Oficina Municipal de Información al Consumidor más cercana a su domicilio, o a la Dirección General de Comercio y Consumo de la Comunidad de Madrid, y denunciarlo, describiendo el producto (marca, modelo, lugar y fecha de adquisición, y tipo de problema que presenta). También podrá hacerlo a través de Internet.
2.
Campañas de inspección y control llevadas a cabo periódicamente por los organismos de consumo.
3.
Comunicaciones y notificaciones que realizan otras Comunidades Autónomas.
4.
Notificaciones de otros Estados miembros de la Unión Europea.
5.
Información que aportan productores y distribuidores cuando realizan controles internos de calidad y detectan alguna incidencia que afecta a la seguridad de los consumidores, comunican las medidas que van a adoptar a la Administración y a los consumidores.
Cuando las autoridades competentes o los propios fabricantes, importadores o distribuidores detecten que se ha puesto un producto inseguro o peligroso en el mercado, se deberán realizar las acciones necesarias para solucionarlo o, en su caso, retirar el producto del mercado.
Los productores, fabricantes y distribuidores que consideren o tengan motivos para pensar que un producto que han introducido en el mercado no es conforme con la legislación nacional o comunitaria, deben adoptar inmediatamente las medidas correctoras necesarias para hacerlo conforme o para retirarlo y, si procede, pedir su devolución.
Persona que fabrica un producto y lo comercializa con su nombre o marca comercial.
Persona establecida en la Comunidad que introduce un producto de un tercer país en el mercado comunitario..
Persona distinta del fabricante o el importador que comercializa un producto.
Los consumidores pueden consultar los avisos a través de la Red de Alerta sobre productos inseguros. Se trata de un sistema basado en el intercambio rápido de información entre Administraciones encargadas del control y vigilancia del mercado, sobre un producto que pueda suponer un riesgo para los consumidores. Su objetivo es contribuir a la seguridad de los consumidores y a la protección de su salud mediante un sistema de información sobre los productos peligrosos.
Desde el Portal del Consumidor de la Comunidad de Madrid se podrá acceder al buscador de la Dirección General de Consumo (anteriormente AECOSAN) y consultar toda la información relativa a productos alertados no alimenticios que han sido retirados del mercado, diferenciándose entre:
El RAPEX (Rapid Alert System for dangerous non-food products) es un sistema de alerta rápida de productos peligrosos no alimenticios de la Unión Europea donde se integra el sistema nacional de intercambio rápido. Nació con el objetivo de que los Estados miembros y la Comisión se comunicasen con rapidez, compartiendo información sobre las medidas adoptadas y acciones emprendidas respecto a productos inseguros o peligrosos para los consumidores.
Tanto la Red de Alerta nacional como el RAPEX contribuyen a impedir y limitar el suministro de productos que suponen riesgo grave para la salud y la seguridad de los consumidores y facilitan el control de la eficacia y coherencia de las actividades de vigilancia del mercado y las medidas destinadas a garantizar el cumplimiento de la normativa en los Estados miembros.
El sistema afecta a:
Cualquier producto destinado al consumidor en el marco de una actividad comercial, ya sea nuevo, usado o reacondicionado.
No se aplica a productos farmacéuticos, animales, productos de origen animal y situaciones de urgencia radiológica.
La Dirección General de Comercio y Consumo de la Comunidad de Madrid es la encargada de:
Seguimiento de alertas que tienen su origen en la Unión Europea, en alguno de los Estados o bien, las notificadas por otras Comunidades Autónomas.
Emitir notificaciones de productos inseguros detectados en su ámbito territorial.
La inspección de consumo comprueba si los empresarios que venden productos u ofrecen servicios infringen la normativa vigente sobre protección a los consumidores y usuarios.
Desde esta unidad de la Dirección General de Comercio y Consumo de la Comunidad de Madrid:
Se analizan productos para comprobar si cumplen con la normativa de etiquetado y de seguridad.
Se alerta sobre los artículos que no la cumplen.
Se retiran los que no cumplen con las normas de seguridad.
Se requiere al empresario para que solucione el problema y se sanciona.
Se puede producir por diferentes vías:
Denuncias de consumidores que pueden poner en conocimiento de la Dirección General de Comercio y Consumo de la Comunidad de Madrid hechos o prácticas que pueden limitar sus derechos a la protección de sus intereses económicos, a su salud y seguridad, a la información, etc. Las denuncias se pueden presentar a través del siguiente enlace.
Comunicación de otros organismos basándose en el principio de colaboración, las Comunidades Autónomas trasladan posibles incumplimientos.
Campañas de inspección, donde se inspeccionan diferentes tipos de productos o establecimientos. Se puede ampliar la información en el siguiente enlace.
Inspecciones de control del mercado, donde se toman muestras de productos para comprobar su cumplimiento con la normativa de seguridad.
Además de su labor de prevención y control de mercado, una vez detectado el posible incumplimiento, el servicio de inspección inicia diversas actuaciones:
Visitas de inspección, comparecencias y requerimientos donde inspectores y personal técnico realizan comprobaciones, para determinar si se cumple o no con la normativa aplicable.
Toma de muestras de productos para analizar productos de consumo no alimentarios con la colaboración de laboratorios, que emiten informes técnicos y dictaminan si se incumplen requisitos de etiquetado o seguridad.
Red de alerta cuando los productos resultan ser inseguros, la Dirección General de Comercio y Consumo de la Comunidad de Madrid adopta medidas que limitan la comercialización (retirada del mercado, prohibición de venta...). Se puede ampliar la información en el siguiente enlace.
Todos los productos deben tener su correspondiente etiqueta. En ella se debe facilitar información sobre: responsable del producto, composición, cantidad, procedencia, características o condiciones de conservación de los bienes. Por tanto, es fundamental leer el etiquetado, antes de adquirir cualquier producto, para obtener la información necesaria sobre el mismo. Los productos de venta directa a los consumidores deben advertir de la peligrosidad que presenta el producto o sus partes integrantes, si fuera el caso, así como incluir una información mínima obligatoria en el etiquetado:
Nombre o denominación usual o comercial del producto.
Composición, en su caso.
Plazo recomendado para su uso o consumo, cuando se trate de productos que por el transcurso del tiempo pierdan alguna de sus cualidades.
Contenido neto del producto.
Características esenciales del producto, instrucciones, advertencias, consejos o recomendaciones sobre instalación, uso y mantenimiento, manejo, manipulación, peligrosidad o condiciones de seguridad, en el caso de que dicha información sea necesaria para el uso correcto y seguro del producto.
Lote de fabricación.
Identificación de la Empresa a través de nombre, razón social o denominación del fabricante, envasador, transformador o de un vendedor.
Lugar de procedencia u origen, en el caso de que su omisión pudiera inducir a error al consumidor, en cuanto el verdadero origen del producto.
Potencia máxima, tensión de alimentación y consumo energético en el caso de productos que utilicen energía eléctrica para su normal funcionamiento.
Es diferente la etiqueta de una prenda de vestir de la que lleva un producto industrial o la que tiene que llevar un juguete. Pero todas ellas tienen partes comunes. En toda etiqueta se debe tener identificado el responsable del producto, bien sea el fabricante, el importador o incluso el propio vendedor, su dirección así como la naturaleza, composición y finalidad del producto.
Para un producto textil, la etiqueta debe estar fijada a la prenda de modo seguro, ser duradera, no tener abreviaturas y proporcionar la siguiente información:
Identificación del responsable de la prenda que puede ser tanto el fabricante como el vendedor (mayorista o minorista)
Identificación por el Numero de Registro Industrial si es un responsable español o el NIF si es un importador
Composición del artículo.
Pese a la gran utilidad que presentan los símbolos de conservación de los productos textiles, su inclusión en el etiquetado no es obligatoria; pero, casi todos los fabricantes optan por incluirlas en el etiquetado de sus prendas, ya que estos símbolos ayudan a los consumidores a conocer las condiciones de limpieza a las que pueden someter los artículos para no deteriorarlos.
Algunos productos, como los juguetes, puestos a la venta en la Unión Europea deben estar fabricados conforme a una serie de requisitos de seguridad. Para saber que el producto cumple con todos ellos está el marcado CE (Conformité Européenne). No significa que un producto haya sido fabricado en la Unión Europea, sino que cumple los requisitos de seguridad estipulados para ese producto por la normativa.
Para su identificación, es importante conocer cómo es el marcado para diferenciarlo de las falsificaciones que pueden aparecer en algunos productos en el mercado induciendo a confusión.
Este marcado se coloca generalmente sobre el producto, aunque también si su colocación resultara imposible o inviable en condiciones técnicas o económicas razonables, o no se pudiese
garantizar que sea colocado de forma visible, legible e indeleble puede incorporarse en el embalaje, si existe, y en la documentación que acompaña al producto.
Entre otros, los principales productos de consumo sometidos a marcado “CE” son:
Juguetes
Máquinas
Aparatos de gas (calentadores, cocinas, etc.)
Electrodomésticos
Productos sanitarios
Aparatos de telecomunicación (teléfono, fax)
Ordenadores
El juguete es el producto destinado a ser utilizado con fines de juego por niños de edad inferior a 14 años. A través del juego se van desarrollando de forma progresiva diferentes capacidades y habilidades. Por ello, es importante garantizar que esta actividad, imprescindible para el correcto desarrollo del menor, se realice en condiciones de seguridad.
Como recomendación general la Comunidad de Madrid recuerda que es muy importante que los padres o tutores presten atención a la hora de elegir un juguete o juego, ya que si un niño utiliza un objeto pensado para una edad superior podría sufrir accidentes
.Los juguetes deben llevar de forma visible, legible, permanente y en español las siguientes inscripciones:
Marcado que significa cumple con las exigencias de seguridad específicas en las normas de la Unión Europea
Nombre y/o razón social y/o marca
Dirección del fabricante o de su representante oficial o del importador
Número de lote, serie o modelo
Indicación de conservar los datos del etiquetado
Advertencias para evitar riesgos en su uso y manejo
Advertencia “No debe utilizarse por niños menores de 36 meses”, cuando sean juguetes que, debido a su construcción o diseño, no son convenientes para niños mayores de 3 años.
Rango de edad para la utilización, si el juguete así lo requiere.
Advertencias sobre los riesgos que puede entrañar el uso del juguete y la forma de evitarlos.
Instrucciones de uso, si son necesarias por el tipo de juguete, siempre en español, aunque se pueden incluir también en otra lengua.
Estar perfectamente protegidos para que no queden al descubierto bordes o puntas cortantes.
Deben ser diseñados para que sus materiales no presenten riesgos para la salud por ingestión, inhalación, contacto con la piel, las mucosas o los ojos, ni peligro de heridas.
No deberán contener sustancias fácilmente inflamables y, en todo caso, si arden ha de ser lentamente y con poca velocidad de propagación de la llama.
Tener la suficiente resistencia para que no puedan romperse en partes pequeñas que podrían ser ingeridas por el niño. Si el juguete está compuesto de diferentes piezas pequeñas, deben estar suficientemente sujetas para no desprenderse, sobre todo en juguetes destinados a menores de 36 meses.
En los juguetes eléctricos las superficies en contacto con la piel no alcanzarán una temperatura que pueda provocar quemaduras.
Aquellos juguetes basados en la movilidad deberán incorporar un mecanismo de freno suficientemente adecuado para detener el juego pero sin peligro de proyección o heridas, y en aquellos en los que el menor pueda entrar y salir se dispondrá un mecanismo de fácil apertura desde el interior.
Estar diseñados y fabricados por materiales que puedan limpiarse.
Especial vigilancia con todos aquellos juguetes que contengan pilas que deben estar situadas en un espacio cerrado, que solo se pueda abrir con ayuda de una herramienta.
Los juguetes que por sus características requieran precauciones de uso que es necesario tener en cuenta, deberán llevar las siguientes leyendas:
Los juguetes que tienen las mismas funciones que aparatos o instalaciones destinados a adultos de los que reproducen un modelo llevan la siguiente mención: ¡Atención! Utilícese bajo la vigilancia de adultos.
En el caso de patinetes y patines de ruedas para niños han de incorporar la inscripción: ¡Atención! Utilícese con equipo de protección. Es por ello muy importante en determinados juguetes el uso de complementos de protección como cascos, guantes, rodilleras, etc. Las instrucciones de empleo recordarán que la utilización del juguete deberá efectuarse lejos de la vía pública para evitar lesiones y accidentes del menor y de terceros.
Los juguetes destinados a niños mayores de 36 meses que puedan resultar peligrosos para aquellos menores de esa edad llevarán un símbolo sobre el límite de edad acompañado de una advertencia explicando los riesgos que pueden presentarse.
Si el juguete está diseñado para su uso en el agua llevarán la inscripción: ¡Atención! Utilizar solo en agua donde el niño pueda permanecer de pie y bajo vigilancia. Estos juguetes han de estar fabricados para reducir al mínimo el riesgo de hundimiento del juguete y la pérdida de apoyo para el niño.
En juguetes químicos como cajas de productos químicos, talleres en miniatura de cerámica, esmalte, fotografía, etcétera, se indicará qué sustancias o preparados pueden resultar peligrosos, las precauciones generales que deben adoptarse y los riesgos específicos del juguete. También han de mencionarse los primeros auxilios que deberán administrarse en caso de riesgos graves y la advertencia de mantenerse lejos de niños de corta edad. En los envases llevarán la inscripción: ¡Atención! Únicamente para niños mayores de XX años (edad fijada por el fabricante). Utilícese bajo la vigilancia de adultos.
Leer las instrucciones atentamente y seguir las recomendaciones del fabricante en el montaje.
No dejar al alcance de los niños las pilas y recambios una vez usados.
Mantener los juguetes limpios y en buen estado.
Retirar y guardar los juguetes después de haberlos usado y/o retirarlos en todo caso cuando el niño no los use..
Contar con la presencia de adultos para el seguimiento del juego y poner especial cuidado en los juegos al aire libre, de modo que se realice en zonas adecuadas y desprovistas de tráfico.
Prestar especial atención a objetos que no son juguetes pero presentan su apariencia, como llaveros, mecheros, punteros láser, objetos decorativos, etc.
Requieren de unas medidas de seguridad más específicas por el tipo de población al que van dirigidos:
Si tienen diferentes partes o componentes que se puedan separar del juguete, deben ser suficientemente grandes para que no puedan ser tragados por el niño.
Ningún juguete debe llevar vidrio o porcelana accesibles.
Juguetes blandos rellenos que, a veces, contienen elementos pequeños como campanas o partículas de gomaespuma, tienen que estar bien cerrados para que el niño no acceda a esos elementos.
Materiales de relleno blandos no deben contener ningún cuerpo duro o puntiagudo, como clavos o agujas.
Cuerdas de los juguetes (por ejemplo, los de arrastre) que tienen que tener un espesor igual o superior a 1,5 mm y una longitud máxima de 220 mm.
Juguetes que se fijan de un lado a otro de la cuna o del cochecito deben llevar una cuerda no más larga de 750 mm e incluir la advertencia: “Para evitar posibles daños por estrangulamiento, este juguete debe retirarse cuando el niño empiece a levantarse valiéndose de manos y rodillas”.
Juguetes que contienen líquido tienen que estar bien cerrados y no tener fisuras, para evitar que se desprenda el contenido. Los mordedores con líquido deben llevar la indicación de no meterlos en un congelador.
Columpios que deben ir provistos de respaldo y de un dispositivo de seguridad para que el niño no se caiga del asiento (barra en forma de T o transversal, correa para fijar las piernas del niño, cinturón, etc.).
Coches y motos eléctricos sobre los que se monta el niño tienen que tener una velocidad máxima de 8 km/h.
Los pequeños electrodomésticos son todas aquellas máquinas, normalmente pequeñas y de poco peso, que se utilizan en el hogar para labores de mantenimiento, preparación de los alimentos e higiene personal. Entre estos aparatos se encuentran, por ejemplo, tostadoras, batidoras, robots de cocina, secadores y alisadores de cabello, máquinas de afeitar, aspiradores, planchas, cafeteras, cepillos de dientes eléctricos, etc.
Dado que estas máquinas funcionan con electricidad, bien enchufadas a la corriente, bien con pilas, son muchos los requisitos que deben cumplir para poder funcionar con seguridad. Pero, en la mayoría de los casos, es difícil saber a simple vista si se ajustan o no a estas exigencias, por eso deben realizarse los ensayos correspondientes en laboratorios especializados.
Existen algunas recomendaciones que pueden ser útiles para que el consumidor conozca si está comprando un pequeño electrodoméstico que cumple con los requisitos de seguridad. En primer lugar, es imprescindible que el aparato lleve las siguientes indicaciones, en un lugar visible, que no se borre ni se desprenda y, al menos, en español:
Marcado
Nombre y dirección del fabricante
Tensión (deben poder funcionar a 230V, por lo que la indicación de la tensión debe ser de 230V o de 220 a 240V)
Potencia (W)
Símbolo Recogida selectiva
Advertencia de que se mantenga lejos del alcance de los niños
Además, los pequeños electrodomésticos tienen que ir acompañados de las instrucciones de uso y mantenimiento, instrucciones de advertencias de seguridad y recomendaciones sobre las condiciones de seguridad.
En función del tipo de aparato de que se trate, deberá llevar unas advertencias de seguridad u otras. Destacar algunas de estas advertencias:
“Cuando el secador de pelo es usado en un cuarto de baño, desenchufar después de usarlo ya que la proximidad del agua presenta un riesgo aun cuando el secador esté desconectado”. “No utilizar este aparato cerca del agua contenida en las bañeras, lavabos u otros recipientes”.
”Desconectar siempre la batidora de la alimentación si se deja desatendida y antes del montaje, del desmontaje o de la limpieza”. “No dejar que los niños usen la batidora sin supervisión”.
“Tener precaución cuando se manejan cuchillas cortantes, especialmente cuando se retira la cuchilla del vaso, cuando el vaso se vacía y durante la limpieza”.
Es importante fijarse en los siguientes aspectos para asegurarse de que se trata de un producto seguro:
Partes que llevan tensión, como los cables, deben quedar completamente aisladas y no se puede acceder a ellas.
Cable y clavija son resistentes y no se pueden romper con facilidad y deben estar en perfectas condiciones. Además, los ganchos para enrollar el cable no deben tener partes afiladas, que puedan producir cortes en él.
Cable, en la parte por donde entra en el electrodoméstico, debe estar suficientemente protegido para que no se rompa o se rasgue. Suele haber una especie de arandela de goma que protege el agujero por el que pasa el cable hacia el interior del aparato.
Cable que no se mueva, es decir, al tirar de él no viene hacia nosotros. Es una garantía de que lleva un dispositivo obligatorio de anclaje antitracción.
Aparato suficientemente resistente para que no se rompa con facilidad y pueda dejar al descubierto zonas que no deben ser accesibles. Por ejemplo, si se trata de una máquina de afeitar, es importante que la tapa que cubre las cuchillas no se pueda retirar sin ayuda de una herramienta, para evitar que puedan quedar al aire elementos cortantes estando la máquina en funcionamiento.
Protegido contra condiciones de humedad que pueden sobrevenir en utilización normal.
Aparato que no debe tener una apariencia tal que los niños puedan creer que se trata de un juguete.
Leer siempre las instrucciones de uso y consérvelas.
Exigir siempre la factura con la identificación exacta del producto, por si hubiera que reclamar.
Al desenchufar el aparato, no tirar del cable, sino del cuerpo aislante de la clavija.
En cuanto al calzado:
Etiqueta visible que se encuentre bien sujeta y no induzca a error. Se podrá mostrar a través de impresión, pegado, estampado o recurriendo a un soporte atado.
Información sobre composición de empeine, forro y plantilla, y suela; figurará en la etiqueta mediante símbolos o indicaciones textuales que designen materiales específicos. Puede consultar esta información en el sector del calzado del Portal del Consumidor.
A la hora de adquirir alguna prenda de vestir o calzado para niños y bebés es necesario observar que ninguna de sus partes pueda suponer un riesgo para el niño.
La normativa establece algunos requisitos para la ropa destinada a los más pequeños:
No debe estar diseñada con cordeles ni cordones funcionales o decorativos en la capucha o en la zona del cuello.
Si se trata de un pantalón de chándal, debe tener asegurados los cordones de forma que el niño no pueda extraerlos y enredarse con ellos. Por el mismo motivo, no deben exceder de una longitud máxima.
No tiene que llevar adornos o piezas que puedan desprenderse y convertirse en piezas pequeñas que el niño podría llevarse a la boca produciéndole un atragantamiento.
Si la prenda es para un bebé y lleva cremallera, ésta no debe rozar con el cuello o la barbilla del niño, pues podría lastimarle.
Y a continuación conoceremos ejemplos concretos de productos que no cumplen con la normativa de seguridad y que, por tanto, han sido retirados del mercados. Es posible consultar estas y otras alertas en el Portal del Consumidor de la Comunidad de Madrid.
Los botones se separan con facilidad.
Peligro: Asfixia.
Se desprenden piezas pequeñas.
Peligro: Asfixia.
La presencia de cordones decorativos en la zona de la cintura con longitud superior a la establecida.
Peligro: Asfixia.
Carece de obturadores y los contactos laterales de tierra no tienen la elasticidad suficiente.
Peligro: Choque eléctrico.
No dispone de obturadores.
Peligro: Choque eléctrico.
El grosor del cable es inferior al requerido, no soporta la tracción y no es suficientemente resistente al calor.
Peligro: Choque eléctrico, incendio y sobrecalentamiento.
Se desprenden piezas pequeñas que se expanden más de lo establecido.
Peligro: Puede provocar la asfixia y daños gastrointestinales.
Presencia de ftalatos en cantidad superior a la establecida.
Peligro: Intoxicación.
Presenta una cuerda destinada a llevarse total o parcialmente alrededor del cuello y no tiene elementos de rotura.
Peligro: Estrangulamiento.
Presencia de boro en cantidad superior a la máxima permitida.
Peligro: Intoxicación.
El incremento de temperatura es superior al permitido, las piezas no metálicas no son resistentes a la ignición y propagación del fuego.
Peligro: Incendio.
El incremento de temperatura de las superficies accesibles de los lados metálicos supera el máximo permitido, el aislamiento del cable no es adecuado y puede dejar accesibles partes activas.
Peligro: Choque eléctrico.
Acceso a partes activas, durante los ensayos emitió llamas, la sección del cable es inferior a la establecida.
Peligro: Choque eléctrico y quemaduras.