Guillermo Weickert
Creación escénica multidisciplinar / Laboratorio de investigación
En el libro de referencia para la teoría de la danza “Pensar con Mover”, su autora Marie Bardet proponía un encuentro entre danza y filosofía que, en sí mismo, generaba nuevos interrogantes que se traducían en un movimiento del pensamiento y del cuerpo. Ideas como la de “dejar entrar un poco de afuera” y abrazar esa “otredad” cada vez más difícil de aprehender en esta sociedad de lo igual, algunas pistas sobre el significado de una verdadera democratización del movimiento que devuelva al cuerpo, a los nuestros, a los no tersos ni pulidos ni perfectos, la capacidad de ser antenas y ventanas al mundo, nuestro canal de conocimiento y medios de expresión y comunicación entre los que no son iguales a nosotros mismos, resuenan de su lectura.
Si aceptamos que el deseo de estar en escena es el de propiciar la conmoción en su sentido de “poner algo en movimiento”, que la idea de experiencia que buscamos es la que nos confronta y derriba, que nos saca de nuestro sitio de quietud para reconectarnos con la vida, y siendo como somos cuerpos que quieren ser afectados, aceptemos también el ser tocados y tocar con todo lo que ello implica.
Jugando con el título de Bardet, hemos puesto en relación ese “tocar” que no busca sólo la caricia de lo liso y aséptico y se atreve también con lo áspero, la resistencia, la tracción y a veces el golpe, lo viscoso, lo húmedo y lo rugoso con la idea de ”movimiento” más allá de la de danza. Un reconocimiento de nosotros mismos como algo más complejo y voluminoso que la corrección amable, suave y plano de las pantallas donde proyectamos nuestra imagen.
Sobre el laboratorio
Hemos tratado de acceder desde el plano físico y de una manera placentera, sencilla y absolutamente intuitiva a ejercicios de observación/atención, experimentación y reflexión; de explorar y encontrar nuestras propias estrategias para conectar el movimiento espontáneo y los estados energéticos y emocionales con el trabajo coreográfico y escénico.
Hemos tratado de construir desde el placer del juego, paisajes y escenas en movimiento con el deseo de que brote de ellos ese punctum que nos golpee en el rostro y aunque sea por un momento nos despierte del sueño colectivo.
Durante cuatro semanas nos hemos dado el tiempo y el espacio de explorar una manera propia de elaborar un texto escénico donde el cuerpo sea el verbo y el movimiento humano una posibilidad de escritura más allá de la idea de danza como técnica o etiqueta.
