El bramido de Düsseldorf

Sergio Blanco

  • Teatro
  • Estreno en Madrid
  • País: Uruguay
  • Idioma: español
  • Duración aproximada: 1 hora y 40 minutos (sin intermedio)
  • Año de producción: 2017
Texto y dirección: Sergio Blanco
Intérpretes: Gustavo Saffores, Walter Rey y Soledad Frugone
Videoarte: Miguel Grompone
Escenografía, vestuario y luces: Laura Leifert y Sebastián Marrero
Diseño de sonido: Fernando Tato Castro
Preparación vocal: Sara Sabah
Preparación de bajo: Nicolás Román
Comunicación y prensa: Valeria Piana
Comunicación en redes sociales: Matías Pizzolanti
Imagen de portada: Rubén Lartigue
Diseño gráfico: Augusto Giovanetti
Fotografía: Narí Aharonián
Asistencia de dirección: Juan Martín Scabino
Asistencia de producción: Danila Mazzarelli
Producción y circulación: Matilde López
En este nuevo trabajo escénico, Blanco se muestra como un gran director de escena y no solamente como un escritor ingenioso, con talento para contar historias de un modo original. El resultado es una obra de muy buena producción, que se disfruta tanto visual como intelectualmente”.
El País Urugay

Sergio Blanco pasó su infancia y adolescencia en Uruguay, pero hace ya muchos años que se mudó a París. Después de cursar estudios de filología clásica, estudia dirección escénica en la Comedie Française. Dramaturgo y director, sus obras han recibido numerosos galardones, como el Premio Nacional de Dramaturgia de Uruguay, el Premio Internacional Casa de Américas o el prestigioso galardón británico Award Off West End, gracias a Tebas Land. Precisamente, fue esta pieza la que sirvió para que el público español conociera el trabajo de uno de los autores latinoamericanos más prestigiosos del momento, cuyo trabajo se estrena por igual a ambos lados del Atlántico. Estados Unidos, Londres, México, Grecia, Colombia o Suiza han acogido las piezas de este Blanco, en las que la autoficción siempre juega un importante papel.

“¿Por qué me interesa la autoficción? Por dos razones. En primer lugar, porque plantea un tema que es para mí fascinante y muy complejo: el yo y el tú. Parte de uno mismo, traumático o feliz, pero siempre buscando a otro. Esa historia tuya puede contener la historia de otros. Y el segundo aspecto por el que me interesa la autoficción es un tema fundamental, la base epistemológica del arte: la relación compleja de lo que es verdad y lo que es mentira”, ha explicado Blanco, cuya obra que presentará en el Festival de Otoño, El bramido de Düsseldorf, también se basa en esta técnica.

Escrito en 2016, el texto relata la agonía y la muerte del padre de Blanco en una clínica de Düsseldorf, ciudad a la cual el dramaturgo había viajado junto a su progenitor para llevar adelante un proyecto que nunca sabremos con certeza y exactitud cuál es. A medida que se desarrolla el libreto se dan tres posibilidades: asistir a una exposición sobre el asesino en serie Peter Kürten, introducirse en la industria del porno o convertirse al judaísmo. De esta forma, Blanco va hilvanando interesantes reflexiones sobre Dios, la representación de la sexualidad o los límites del arte.

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