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De Nao Albet y Marcel Borràs

Nao Albet y Marcel Borràs

Teatro
País: España (Cataluña)
Duración aproximada: 1 h 35 min
Año de producción: 2023
Idioma: catalán, español

Estreno en la Comunidad de Madrid
Dramaturgia y dirección: Nao Albet y Marcel Borràs
Intérpretes: Nao Albet y Marcel Borràs
Ayudante de dirección: Nao Albet y Marcel Borràs
Escenografía: Nao Albet y Marcel Borràs
Iluminación: Nao Albet y Marcel Borràs
Vestuario: Nao Albet y Marcel Borràs
Caracterización: Nao Albet y Marcel Borràs
Espacio Sonoro: Nao Albet y Marcel Borràs
Asesoramiento de movimiento: Nao Albet y Marcel Borràs
Artes marciales: Nao Albet y Marcel Borràs
Voces en off: Nao Albet y Marcel Borràs
Vídeo: Nao Albet y Marcel Borràs
Documentación: Nao Albet y Marcel Borràs
Una producción de: Teatro Nacional de Catalunya, Festival Temporada Alta y Uns que Fan Teatre

No nos engañemos: las separaciones siempre son morbosas. Las separaciones de los grupos musicales, la separación de nuestros padres, la separación de esos amigos que parecían la pareja modélica o la de aquellos otros que no entendíamos cómo podían seguir juntos tanto tiempo. La separación de Marina Abramovic y Ulay en la Gran Muralla china era el summum. Pero nos llega otra inquietante noticia: Nao Albet y Marcel Borrás se separan. Ese sería el titular en este caso. Aunque tratándose de ellos, uno siempre tiene la mosca detrás de la oreja. Si algo ha demostrado esta pareja artística, tras sus 15 años de trabajo conjunto, es que saben generar expectativa y, por un sitio o por otro, acaban sorprendiendo. Se les podrá acusar de muchas cosas, pero no de conformistas. ¿Pero de verdad se separan? Bueno, más bien se separarán. La verdad y la mentira -escénicas- es un binomio que está muy arriba en su caja de herramientas.

El caso es que llevan 10 años dándole vueltas a esta historia, la de contar su separación. Al poco de empezar a trabajar juntos ya fantaseaban con ella, pero como tantas cosas en esta relación, la cosa empezó como de coña y ha acabado en obra. Para ellos era evidente que terminarían separándose. La pregunta era: ¿Cuál va a ser el motivo? La respuesta, con el tiempo, se ha ido delimitando hasta ser una sola palabra: ego. El ego es lo único capaz de separar a dos artistas porque cada uno tiene el suyo y, por mucha terapia que le pongas, siempre hay un afán de triunfar por encima del otro, de ser uno para dejar de ser parte de dos. Con esta hipótesis de partida, Nao y Marcel deciden elucubrar construyendo un presente ficticio donde ellos mismos, ya mayores, década de 2040, se reencuentran en un hospital porque uno de ellos va a morir de cáncer de ego.

Con esa construcción de presente en escena, que es lo que es el teatro básicamente, inventan además un futuro para los creadores a partir de la rememoración del pasado de los personajes. El juego del tiempo entra en la ecuación. Dos señores mayores que fueron artistas y trabajaron juntos, facturando éxitos y generando adhesiones y envidias, repasan su trayectoria mientras se acercan al motivo por el cual se terminaron separando. Son Nao Albet y Marcel Borrás, que con apenas 15 años estaban ya debutando en el Teatre Lliure de Barcelona, que han hecho obras tan apabullantes como Democracia, Hamle.t. 3, Mammón, Los Esqueiters, Atraco, paliza y muerte en Agbanäspach o Falsestuff (La muerte de las musas). Después de eso pasaron por otros períodos creativos más introspectivos, empezaron a relacionarse con la espiritualidad y abrazaron, después de tanto aparataje escénico posmoderno, excesivo, disparatado, una suerte de sencillez minimalista.

Ahí es justo donde se produce la grieta del devenir, la puesta en abismo. Porque esta obra es así, absolutamente esencial: dos actores, dos sillas y un texto. Sin escenografía, sin música, sin vestuario. Y asumiendo ese riesgo, dejando a un lado lo que saben hacer (y con lo que les va bastante bien), Nao y Marcel deciden reventar la tendencia de la autoficción intentando traspasar otro límite, reventar la idea de autoría omnipresente e incontestable. Porque si surge la autoficción es al comprobar que la autobiografía es incompatible con la verdad total, con la objetividad pura, porque uno solo puede dar un punto de vista sobre sí mismo. La ventaja de Nao y Marcel es que son dos y el uno puede contar al otro, contrarrestando las tentaciones ficcionales a favor. Ellos se entregan a un ritual de desnudez absoluta, con lo agradable y lo desagradable, lo virtuoso y lo tóxico, en un ejercicio de performatividad casi filosófica despojada de todo aquel adorno que los ha envuelto desde siempre en un halo de descaro y buen rollo. Ahora veremos, por fin, a los Nao y Marcel reales… o no.

Información práctica
MADRID
25 y 26 de noviembre - 20:00 h (s) / 19:30 h (d)

Vídeo