En este boletín se incorporan los acontecimientos recogidos durante todo el año 2002, a falta de los recogidos fuera de plazo y de los que se deriven del control de exhaustividad. Con estos datos provisionales de 2002 se pueden dibujar algunas líneas de comparación con las series anteriores.

En primer lugar, se vuelve a constatar lo observado para el año 2001 en cuanto al constante incremento en el número total de nacimientos de madres residentes en nuestra Comunidad, estimado en cerca de cuatro mil más para el año 2002, alimentado fundamentalmente por los nacidos de madres extranjeras que, según estos resultados provisionales podrían suponer ya más del 17% del total de nacimientos. La importancia de este fenómeno se manifiesta con claridad al contrastarlo con años anteriores, desde el residual 5,95% de 1995, hace tan solo siete años, 8,91% en 1999, 11,55% en 2000 y 14,9% hace un año.

Otra característica que se confirma es la del distanciamiento progresivo en las edades al nacimiento de los hijos entre las españolas y las extranjeras. Si para el año 2001, la diferencia entre ambos colectivos era de 3,44 años para el total de nacimientos, los datos de 2002 apuntan a una diferencia de 3,76 años, es decir, un aumento en la diferencia de edad de casi un tercio de año. La diferencia de edad al nacimiento del primer hijo es algo mayor entre ambos colectivos (3,97 años para 2002), aunque se reduce ligeramente el incremento respecto al del año 2001 (0,29 años).

También se mantiene la tendencia al alza en la proporción de nacidos fuera del matrimonio, cuyo peso prácticamente se ha duplicado desde 1995, situándose para el año 2002 casi en 1 de cada cuatro nacimientos (23,67%).

Respecto a las defunciones, se mantiene la monótona tendencia observada desde hace décadas de aumento en la edad media de la defunción y la correspondiente esperanza de vida al nacimiento. Los varones residentes en nuestra Comunidad tienen una edad media de defunción cercana ya a los 72 años, mientras que las mujeres mantienen una diferencia por encima de los ocho años, situándose por primera vez por encima de los 80 años (80,1). Sus respectivas esperanzas de vida al nacimiento siguen al alza con vigor, 77,19 años para ellos y 84,11 para ellas. Aquí la diferenciación entre nacionales y extranjeros no tiene mucho sentido al ser colectivos con una estructura de edad muy diferente, que condiciona fuertemente la edad media de defunción y el tipo de causa que las provoca. El único elemento destacable es el que se refiere a las defunciones por causas externas, ajenas a enfermedades desarrolladas por el propio individuo, que en el caso de los españoles es residual (1,94% de todas las causas), mientras que para el colectivo extranjero supone el 14,44% de las defunciones.

En cuanto a los matrimonios, también monotonía en las tendencias observadas de manera provisional, para el último año. Las edades medias al matrimonio, tanto de hombres como de mujeres, sigue aumentando a fuerte ritmo, situándose por primera vez para los hombres por encima de los 32 años (32,05), y por encima de 30 (también por primera vez) para las mujeres (30,12). Aquí los colectivos nacionales y extranjeros tienen un comportamiento similar, ligeramente más joven para los extranjeros, pero que no llega al año para ninguno de los géneros. Y en lo que se refiere al rito de celebración, la forma predominante sigue siendo el de matrimonios canónicos, aunque se mantiene la tendencia a la baja a favor de los civiles, situándose estos para el año 2002 en el 32,6% del total.