Fuera de campo

 

El punto de partida de esta representación lo constituyen el cuerpo y el movimiento. Cada bailarín actúa de forma individual, aunque el espacio es común. Cada uno de ellos cuenta su propia historia y la audiencia decide quién es quién y qué relación hay entre los personajes. Es el espectador el que da sentido a las actividades que tienen lugar en el escenario. Su presencia hace que los bailarines adquieran posturas con cierto significado, que buscan la comunicación. Están “fuera de campo”, se les puede observar, pero no se les puede influir para que cambien el significado de las imágenes. La danza es una forma de ir más allá de la superficie, de llegar hasta el sentido y el significado de las relaciones, algo que sólo puede observarse desde el exterior.

Daniel Abreu desarrolla, en sus diferentes coreografías, su personal estilo y un lenguaje de la danza creado por él mismo. Analiza con detalle el movimiento y lo combina con otras formas de expresión como la fotografía o el teatro. Sus representaciones suelen ser escenarios minimalistas de una enorme economía, que subrayan el papel de la luz y el movimiento. El punto de referencia siempre es el propio movimiento y la comunicación que se establece con su ayuda. Y esto se ha convertido en un alfabeto, gracias al cual se conforma el lenguaje exclusivo de Daniel Abreu.

AFTER HOURS
En el frenético mundo de las imágenes corporativas, no hay tiempo de espera para sus yuppies, ninguna pausa para respirar ni para las emociones.
Todo lo que queda son fantasías, frente a la pantalla de ordenador, los chismes de la oficina, la pregunta recurrente "¿qué pasaría si ...?" ¿Qué pasaría si el código social se rompiera? Romance imaginario, saltando los controles de la pasión, especulación emocional. Demasiado arriesgado incluso para pararse a pensar en ello. Sueños que no pueden hacerse realidad y predestinados, desde el principio, al fracaso.

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