1910, Homenaje a los Ballets Rusos

 

Cuatro coreógrafos presentan su personal versión, en una mezcla explosiva y consecuente, de estas conocidas obras: Ramón Oller ofrece su original visión de Dafnis y Chloé a partir de la hermosa partitura de Maurice Ravel, Toni Aparisi explora formalmente Pulcinella sobre la música de Stravinsky, Ángel Rodríguez revisita el ocurrente Parade de Satie, y Thierry Malandain experimenta coreográficamente con el Bolero de Ravel.

Ramón Oller, coreógrafo residente del Ballet de Teatres de la Generalitat, presenta su más reciente estreno inspirado en la historia de amor que encarnan Dafnis y Chloé, un mito clásico que el genio de este coreógrafo reactualiza para la compañía.

El coreógrafo valenciano Toni Aparisi, premio Max de Danza (2007), ha creado con Pulcinella una pieza alegre donde la fruta tiene un protagonismo esencial. "Coreografiar en el Ballet de Teatres de la Generalitat me ofrece la oportunidad de trabajar con un elenco de calidad contrastada. Y, como valenciano, poder acceder a una compañía de nuestra comunidad que tiene proyección internacional", apunta Aparisi.

Parade fue una obra creada por cuatro maravillosos artistas que revolucionaron el arte en su época: Picasso, Cocteau, Satie y Massine crearon una obra completamente surrealista; en 1910, homenaje a los ballets rusos Ángel Rodríguez ha partido de lo absurdo para realizar su coreografía. "Con Parade quiero transportar al espectador a un mundo en el que todo puede tener su sitio, un mundo que necesita a un público abierto y dispuesto a sorprenderse con cualquier tipo de situación", apunta Rodríguez.

Autor, creador y coreógrafo, además de alma mater del Ballet de Biarritz, Thierry Malandain es uno de los grandes nombres de la danza europea. Lo suyo es regenerar y dar nueva savia a lo clásico, ha remontado para el Ballet de Teatres de la Generalitat Bolero de Maurice Ravel. "Cuando actualizo de nuevo un "clásico", me dirijo a dos públicos diferentes: los expertos, aquellos que son lo bastante cultos como para reconocer las referencias, y luego al gran público, proponiendo espectáculos de calidad, pero accesibles, intentando mantener siempre su atención, con un guiño o algún toque humorístico", afirma Malandain.

La estética de principios del siglo XX y el aroma vanguardista de los Ballets Rusos vuelven casi un siglo después.

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