Danza urbana contemporánea
Hay que resiste nombre [sic], hay cosas que si se nombran se van (y cada palabra es un nombre y, cada nombre, un epónimo). En ocasiones saber es dejar de pensar. Esto lo logran la ebriedad, el sueño, la ira, el éxtasis, la fatiga o la velocidad. Sí tiene algo que ver con el amor o con el fuego y con bailar. Es epidérmico y trata de un veloz incendio, de lo externo y de lo claro y preciso y lo evidente y de lo superficial.
Sustituir sin reemplazar es destruir, reemplazar sin sustituir es vaciar. El cuerpo libre sería el cuerpo absurdo y seguramente infeliz, y yo quiero ser feliz. Para des-codificar hay que re-codificar o contra-codificar. La libertad es constructiva y un ejercicio escritural.
Propone otro código, otra lógica, otro cuerpo: uno no mínimo, y colosal: el sol a medianoche.
Miguel Ballarín es director y fundador de la compañía de danza urbana contemporánea Co-Lapso. Su trabajo coreográfico se ha acogido en espacios como Naves Matadero (Madrid, 2017), Teatro Circo PRICE (Madrid, 2017), Centro de Danza Canal (Madrid, 2018 y 2020) o Centro Cultural Conde Duque (Madrid, 2018). Como coreógrafo, bailarín y comisario, ha trabajado para iniciativas como el programa de transformaciones urbanasTÁNDEM Madrid-París (2017), el simposio "De Cuerpo y Experimento" (2019) en Medialab, Madrid, "Sal de mi cuerpo", el espectáculo de ARCA para Sónar 2019 o Tanzkongress (2019), dirigido por Meg Stuart. Participa del colectivo de artes escénicas digitales experimentales Mitrilo, con producciones como Break Cycle (Festival Mira 2020). Ha sido coordinador y co-redactor del libro de texto “ Historia de la Danza III: Danzas Urbanas” (2019) por la editorial Mahali y actualmente imparte el itinerario de Danzas Urbanas de la Escuela Municipal de Música y Danza María Dolores Pradera, Madrid.