INSTALACIÓN ARTÍSTICA
Esquinitas / La Pastilla es resultado del diálogo cruzado entre el coreógrafo y bailaor Israel Galván y el artista plástico Pipo Hernández Rivero. La obra intenta dar forma a la ausencia del bailaor, a la cual encuentra respuesta a través de la interlocución entre una vibrante trama sonora y la redonda superficie que Galván usó en su celebrada pieza Arena. El resultado, más que una pieza, es una suerte de espacio a la espera. Sobre el escenario, un tambor escondido entre estructuras de parques infantiles amontonadas; y sobre este, un vibrador que activa sobre la caja un turbador redoble, que se extiende en el tiempo a la espera de la entrada del intérprete.
La instalación está compuesta por un suelo que ambos artistas resignifican al llevarlo al ámbito museístico. Esta tarima fue rescatada de entre las arenas de la Real Plaza de Toros de La Maestranza de Sevilla, donde Israel Galván ejecutó la que fuera la primera actuación de un bailaor en esta Plaza. Este suelo es para Galván algo más que un tambor, algo más que un elemento escénico. Para Hernández es materia fetichizada, poseedora de múltiples posibilidades simbólicas.
La pieza la termina de componer una estructura a base de parques infantiles cupulares amontonados. Inútiles y con sus toboganes descoyuntados parecen invitar a descensos suicidas. Conforman un lugar en el que lo inoperante, la imaginación y lo repetitivo hacen coexistir a la expectativa del juego inocente con su propia imposibilidad. Estos toboganes compartiendo a su vez escenario con un vibrador -juguete adulto por antonomasia- redondean el complejo entramado de materialidades y simbologías cruzadas que buscan rondar los fantasmas de la niñez y adultez, que no son otros que los de las expectativas y los límites. Contenidos en un mismo ruedo, están convocados para mantener cierta erótica de la espera.
Las piezas del artista canario Pipo Hernández Rivero se mueven en el territorio de la sospecha y la opacidad. Circundando la complejidad de las posibilidades de la pintura en el siglo XXI, su trabajo ofrece una reconsideración crítica de lo pictórico referenciando al fracaso de las vanguardias culturales. Ha expuesto en CAAM, Islas Canarias; Museo de Arte de Pereira, Colombia; Fundación Marso, Ciudad de México; ARTIUM, Vitoria-Gasteiz; Centro de Arte La Recova, Ermita del Gran Poder y Círculo de Bellas Artes, Tenerife, Fundación Otazu, Pamplona, Museo de Arte de Budapest, Museo de Arte de Praga y en la Sala de Arte Contemporáneo de Tenerife. También ha participado en la Bienal de Canarias y la Bienal de La Habana.
Israel Galván es coreógrafo y bailaor de flamenco, con apenas 3 años comenzó a bailar de la mano de sus padres, José Galván y Eugenia de los Reyes. Su lenguaje expresivo es radicalmente personal y se basa en una intensa revisión del flamenco y sus posibilidades para fertilizarse y al mismo tiempo fertilizar territorios estéticos. Su osadía y esfuerzo de renovación han sido premiados, entre otros, con tres premios Max en 2014, el Premio Nacional de Danza 2005, dos Bessies Awards, el New York Bessie Performance Award, National Dance Award for Exceptional Artistry (UK). En 2016 fue ascendido a Officier dans l’Ordre des Arts et des Lettres de Francia.
ESQUINITAS / Pipo Hernández Rivero | LA PASTILLA / Israel Galván |
No soy gitano. Para los gitanos soy un simple payo. | 1. Cayos reales |
La cultura en la que crecí, la cultura occidental-y paya-asigna un hueco para la comprensión de la cultura flamenca. | 2. 1/2 |
Hueco que suele percibirse como una minúscula subtrama trufada de tópicos dentro de esa gran trama de lo “presuntamente” español. | 3. Castellanos |
Israel Galván bailaba flamenco desde chico. Su compleja relación con el legado empezó pronto. | 4. Tremblement de terre |
Así que comenzó de niño a hacer ruido. Israel Galván tiene mucho de tamborilero. | 5. Anís del mono |
El suelo es uno de sus tambores. Sobre él ensaya equilibrios y desplantes. Los hace sonar con todos sus trucos, con todas sus fuerzas. Cuestión de talento. | 6. Puntillitas |
A veces se los fabrica. Los manda a hacer, se los inventa. Siempre al servicio de ese otro inmenso tambor suyo: su propio cuerpo. | 7. Barro |
El plato de la ducha, el bar de la esquina, un programa de radio, un círculo rojo que usó en la Maestranza… | 8. Botas de agua |
Galván los interroga a conciencia. Les retuerce los silencios hasta que crujen como él demanda. | 9. Miura |
Así saca absolutamente todo lo que guardan esos suelos. Desde lo que ni remotamente sabían, hasta lo que, si sabían, pero no se atrevían ni a susurrar por si acaso. | 10. Gimnasio |
Israel también les dice cosas, les susurra o les ordena, o les cuenta en el entreacto alguna pena cómica. | 11. Pen |
Los suelos extenuados exhiben las cicatrices de sus desafiantes coreografías. | 12. Duracell |
Israel Galván me señala uno de ellos. Uno de sus tambores, lleno de cicatrices, el redondo. El rojo. El que usó en la Maestranza. | 13. Raja |
“Hagamos algo con él. Cógelo y llévatelo a Madrid. Aquí está” | 14. La pista |
Como ya dije, soy payo. | 15. Pioggia di fuoco e grandine |
El espíritu del flamenco permanece tan imantado a la fatalidad como la maltrecha sociedad del bienestar-y paya-al placer. En este punto son antitéticos. | 16. Meniscos |
Llamamos "Esquinitas" a la pieza porque no hay ninguna. Porque no queremos que haya ninguna. Nombrarlas implica exorcizarlas. | 17. Santa Eulália |
Un vibrador baila en un escenario que no le es propio. Sobre una caja, al juguete adulto le toca marcar el ritmo. A Israel le intriga zapatear frenéticamente en silencio. | 18. Los duendes |
Cúpulas con tobogán. “Sube chiquillo, hasta arriba, y luego...baja, y vuelve a empezar”. Como un Sísifo feliz hasta que toque volver a casa. O como cualquier criatura enredada en las cosas de aprender a ser lo que los padres esperan que sea. | 19. Colibrí |
Nada es más verdad y más teatro que el juego ensimismado de la infancia. | 20. Chiste |
Pura coreografía en esos inventos peregrinos. En esa mágica improvisación que juega al escondite con el fantasma adulto. | 21. Maestro |
Israel Galván dormía en la funda de las guitarras cuando chico. | 22. Transilvania |
Había que bailar. | 23. Tartamudo |