Danza contemporánea con música en directo
Para Serge Aime Coulibaly, coreógrafo burkinés-belga, la danza es un compromiso social. A través de un lenguaje poderoso y universal cuestiona el mundo y comparte sus pensamientos. Si bien las raíces de su inspiración son africanas, sus influencias son múltiples y cada una de sus creaciones se desarrollan en África y en Europa.
Tras haber investigado un levantamiento popular en el espectáculo Nuit Blanche a Ouagadougou, explorado lo que el compromiso por un mundo mejor requiere del individuo en Nalakuta Republik, y escudriñado en la actitud despectiva de las personas frente a la historia de los pueblos migratorios a través de mitos de origen africano occidental en Kirina, Serge Aime Coulibaly y Magic Malik cuestionan ahora el tiempo presente en Wakatt.
La realidad del mundo anterior a la COVID-19 ya ofrecía argumentos suficientes para este cuestionamiento: el miedo que sentimos frente al otro, el nacionalismo, el terrorismo, la revolucion ecológica y la defensa del clima promovida por los jóvenes, la situación y la voz de las minorías...
La compañía Faso Danse Théâtre fue fundada en 2002 por Serge Aimé Coulibaly. En todas sus creaciones, diez hasta la fecha, el coreógrafo burkinés-belga explora temas complejos. Su inspiración está arraigada en la cultura africana y su arte comprometido con una danza contemporánea, potente, anclada en la emoción, pero portadora de reflexión y esperanza, con una voluntad de llegar a todo tipo de públicos.
Serge Aimé Coulibaly cuestiona a través de la danza la realidad cotidiana y la evolución de la sociedad, y comparte esta reflexión con el público. En su obra examina la relación entre personalidad e implicación, la tensión entre lo que el individuo experimenta o quiere decir, y lo que le impone el compromiso por un mundo mejor. A partir de su compromiso, ha desarrollado un proceso creativo que parte del principio de dualidad. Según su idea, cada movimiento del cuerpo desencadena un movimiento opuesto. Cada forma de energía va acompañada de una segunda forma. Esto lleva al cuerpo y a la mente a un estado en el que la intuición y la urgencia toman el control.