“Un grito de los niños y niñas pidiendo que los adultos bajemos a su altura y les ofrezcamos un entorno comprensivo y amoroso sobre el que puedan ir construyendo su propio yo.” (Yo soy Ratón)
En su nuevo trabajo, Amar la Libertad, Yo soy Ratón continúa abordando temáticas que invitan al debate y fomentan el sano y respetuoso crecimiento como sociedad. Todos los temas que preocupan a niñas y niños son o pueden ser parte de las canciones de la banda madrileña: la protección del medio ambiente, las familias monoparentales, el abandono animal, el acoso escolar, el respeto al desarrollo madurativo de cada individuo… o incluso el cuestionamiento del sistema educativo. “Damos fe que los más pequeños están preparados para ello ¿y tú?”
Yo soy Ratón madura y crece junto a su público. En Amar la Libertad, además de incorporar nuevas canciones y temáticas, suma a su paleta de sonidos habitual (rock, electrónica y músicas del mundo) la música clásica, mediante la incorporación de un trío de cuerdas. Un paso audaz que continúa en la senda de ampliar el concepto preestablecido de "música infantil". MÚSICA con mayúsculas, sin infantilizar, con la que sentir, jugar y crear espacios de comprensión entre generaciones. Todo, por supuesto, sin olvidar los himnos de la "revolución infantil" como Caca, No soy un muñeco, etc.
Música con la que sentir, jugar y disfrutar mayores y pequeños, juntos en familia.
Un cantante de 'death metal' es la gran esperanza contra el imperio Cantajuego. (…) Yo soy Ratón es una música infantil que no te esperas. Sus canciones tienen guitarras eléctricas, ritmos ska y reminiscencias tribales. Cada canción tiene su estilo y quiere decir algo concreto. No usan disfraces.” (Alfredo Pascual, El Confidencial)
Yo Soy Ratón surge de la unión de Manu Rubio, músico, cantante de death metal, educador y psicomotricista formado en el método Reggio Emilia, reconocido por la UNESCO como una de las mejores pedagogías para etapas infantiles, y Paul Castejón, compositor multinstrumentista, que lleva ya 10 años en la mítica banda de rock Asfalto y que compagina su trabajo como productor con el mundo de la canción infantil (en el grupo Pica Pica), publicidad y cine.
El proyecto parte de una vocación social: más allá del enfoque simple y lúdico en que se encuadran la mayoría de proyectos del género, Yo soy Ratón se esfuerza por ofrecer máxima calidad musical, a la vez que instruye a niñas y niños en sus derechos reconocidos por la ONU. Canciones que hablan de la tolerancia, la diversidad y que en ocasiones colocan un incómodo espejo para que se miren los adultos. El objetivo final: ayudar a crear una sociedad más sana y equilibrada, que brinde un espacio óptimo para el crecimiento del individuo. En 2014, lanza su primer álbum titulado Canción Protesta, y en 2019, su segundo trabajo No soy un muñeco. Con ellos han superado las 10.000 copias vendidas. Entre sus canciones cabe destacar sin duda Caca, transgresora por lo escatológico, pero profundamente comprometida con el respeto a los tiempos de cada peque a la hora del cambio a la vida sin pañales. Su éxito catapultó a la compañía y la canción se volvió un fenómeno en redes sociales, Spotify o Youtube, convirtiéndose en un hit incontestable para pequeños y mayores, que no puede faltar en cada uno de sus shows.