La forma de denominar al teatro (las artes escénicas, por extensión) concebido para espectadores de corta edad ha sido, es, objeto de controversia. Hace algunos años, en el marco del I Congreso Iberoamericano de Teatro Infantil y Juvenil (Ciudad de México, 2014) se debatió, sin llegar a una conclusión cerrada, si era necesario ponerle el apellido “infantil y juvenil” al teatro específico para esas edades.
Los abolicionistas del término argumentaban que si el teatro para niños no excluye a ninguna edad y el de adultos, sí (precisamente a los niños), debería ser el teatro adulto el que necesitara el apellido. Si ese planteamiento cuajase, las categorías quedarían así: “Teatro para adultos” y “Teatro” a secas, en lugar de la división establecida de “Teatro” y “Teatro para la infancia”.
Puede parecer un asunto formal, que afecta exclusivamente a la nomenclatura; pero es más que eso, designa el paradigma y las variaciones aceptadas en torno al mismo. Y el paradigma siempre es adulto.
Precisamente, ese pensamiento nos inspiró a cambiar el subtítulo del festival hace ya tres años, para denominarlo Festival Internacional de Artes Escénicas para todos los públicos. Un “todos” inclusivo, que sale al encuentro de las diversas circunstancias que afectan la vida de un ser humano y un “todos” integrador que quiere acoger las distintas formas de entender y sentir la vida propia y la relación con el otro.
Teatralia cumple 27 años de historia. Y del inmenso anecdotario que atesora, hay un recuerdo que hoy viene muy a cuenta. Tras una representación de Je suis William, de la compañía canadiense Le Clou, se celebró un encuentro con el público. Un espectador adulto pidió la palabra para alabar, entusiasmado, el trabajo que acababa de ver y a continuación aseverar, sin ningún margen de duda, que la obra no era infantil.
- ¿Por qué lo cree así?
- Es demasiado buena
Nada mejor que esa anécdota ilustra el fundamento de este festival y el motor que lo impulsa.
Es un hecho fehaciente que en todo el mundo se hace un teatro de primer orden para estos públicos específicos; sabemos, por la experiencia acumulada en estos 27 años, que también el adulto se ve interpelado por obras recomendadas para espectadores de corta edad. Observamos año tras año, cómo los adolescentes a los que se les asigna un desinterés mayúsculo por el teatro, se emocionan ante la verdad escénica. Comprobamos, función tras función, la mirada de los bebés inmersos en pleno deleite estético. Hemos corroborado, en infinidad de ocasiones, que la capacidad y la sensibilidad hacia lo artístico en la infancia, es grandiosa.
Y transitando esa frontera compleja y sutil, nada lineal, de lo que es y no es para niños, hemos gestado esta edición, en la que presentamos 29 creaciones, de 13 países. Espectáculos de múltiples disciplinas, registros diversos, lenguajes expresivos diferentes; temáticas que van del clasicismo a la contemporaneidad; personajes de la tradición junto a otros de nuevo cuño…es decir, una amplia variedad que desmiente la catalogación de “lo infantil” como algo unívoco.
No se nos entienda mal, seguimos convencidos de que recomendar franjas de edad es tan necesario como considerar que el público infantil no puede ser una contingencia. La sociedad debe apostar por la asistencia regular y frecuente del público infantil al teatro, un arte total, sin paragón alguno, que requiere de la presencia activa del espectador. El teatro, arte viva, puede apaciguar, más que ninguna otra expresión artística, el bullicio tecnológico en el que, sobre todo niños y niñas, estamos inmersos.
Michael Ende acuñó la expresión “el eterno infantil” para exponer su convencimiento de que no existe un abismo entre el niño que fuimos y el adulto que somos. Decía que las preguntas esenciales de la humanidad ya se formulan en la mente infantil y que mientras una persona adulta no cae en la banalidad o en una total “a-creatividad”, sigue vivo el niño que fue.
A esos niños eternos, a las niñas que aún se asoman al asombro, a los niños y niñas que llenan aulas y parques, a las niñas de cualquier edad, a los niños de todas las edades… dedicamos esta edición. Os invitamos a que la disfrutéis en la intimidad y el espacio compartido de las salas de teatro.
Lola Lara
Directora de Teatralia
Presidenta
Isabel Díaz Ayuso
Consejera de Cultura, Turismo y Deporte
Marta Rivera de la Cruz
Viceconsejero de Cultura y Turismo
Daniel Martínez Rodríguez
Director General de Promoción Cultural
Gonzalo Cabrera Martín
Dirección
Lola Lara
Coordinación ejecutiva
Erinia Vicente
Producción y relaciones externas
Pilar Estrela
Oficina Técnica
Antón Ferreiro
David Benito
Coordinación campaña escolar
Álex Foulkes
Comunicación
Nico García Prensa
Ilustración
Héctor San Andrés (Hittouch)
Diseño Gráfico
Carlos Malpartida
Web
Introarte
Vídeo
David González