El viaje más largo e intenso que puede hacer alguien es el viaje de su propia vida. Un viaje lleno de emociones, donde podemos pasar de una alegría desbocada a la tristeza absoluta. De la risa al llanto, en un abrir y cerrar de ojos. Un viaje en el que cargamos maletas que guardan los recuerdos de aquello que nos ha hecho crecer como personas. Recuerdos buenos y no tan buenos, incluso alguno incómodo. Tanto, que quisiéramos encerrarlo bajo llave para que no saliera nunca más.
La maleta es un espectáculo cómico y visual, donde el protagonista viaja a su interior, para enfrentarse a sus propios miedos y reencontrarse con aquello que más anhela. Teatro de clown al modo más clásico, en el que la sonrisa asoma más que la carcajada. Ternura, chispa, poesía e ingenio se alían para encontrar el modo de relatar una vida, con dos protagonistas, dos actores-payasos que exploran registros como la poesía visual o el absurdo. Jordi Pérez es el maestro de ceremonias y se encarga del lado más cómico del espectáculo; Anselm Serra ofrece la vertiente poética. Con actitud lánguida y nostálgica, abre maletas llenas de recuerdos que van configurando un viaje retrospectivo: momentos cálidos de la infancia, otros menos amables y teñidos de burla, el primer amor, los primeros triunfos, la pasión de la juventud, el descubrimiento del mundo, la vuelta a los orígenes, el amor filial, la muerte de personas cercanas, la superación… Y por fin, el hallazgo de una felicidad, hasta entonces oculta, y que se muestra clara y diáfana en la madurez de la vida.
Anna Ros, directora del espectáculo, habla así sobre La maleta: “durante el proceso creativo, nuestro espectáculo ha crecido y ha cobrado vida propia. La emoción y la poética de la historia fueron el hilo conductor, pero en el camino surgió una nueva forma de interpretar esta poética, descontextualizando y presentándola desde otra mirada: nos estamos riendo de nosotros mismos. Dos personajes dispuestos a representar un espectáculo poético, pero la decadencia les supera, fracasan y aparece lo absurdo (...) En este delicado equilibrio se columpia la obra, acompañando al espectador en un emocionante viaje que habla de los miedos, de los traumas de la niñez y de cómo la superación personal está ligada a la capacidad de reírse de las propias miserias.”
“En definitiva, un bonito espectáculo que permite diferentes niveles de lectura (...), siempre bajo el sello de buena factura teatral y calidad escénica y poética de la propuesta. ¡Un fuerte aplauso!” (María Camps, Es Diari, Menorca)
Minúcia Teatre surge del encuentro artístico entre dos actores menorquines, Anselm Serra (Mahón, 1968) y Jordi Pérez (Mahón, 1981). La simbiosis menorquina se dio en un curso del maestro Eric de Bont, en el que coincidieron. Desde entonces, comienzan sus creaciones conjuntas. Primero fue Quina pescada! (2015), y luego Tatanka (2017), espectáculos donde prevaleció la figura del payaso tradicional y con los que han girado por las Islas Baleares hasta 2019. En La maleta, la compañía ha querido explorar otros caminos, en busca de nuevos lenguajes teatrales, para redescubrir sus personajes clown, el teatro de objetos y la poesía visual, sin perder la comicidad.
Anna Ros se licenció en 2007 en Arte Dramático, en la especialidad de teatro gestual, en el Institut del Teatre de Barcelona. Ha trabajado en construcción, interpretación y manipulación de títeres y objetos, con la Compañía del Príncep Totilau y con el Centre de Titelles de Lleida. Su pasión por perfeccionar su técnica del movimiento, la llevó a especializarse en el arte del mimo corporal del maestro francés Étienne Decroux, con la compañía Moveo Teatro, en Barcelona, y también con Theatre de l'Ange Fou, en Londres. En el año 2012, estuvo en París con la Compagnie de Philippe Genty, donde profundizó en el trabajo con materiales y diferentes técnicas de manipulación de títeres y objetos. A la vuelta de esta enriquecedora experiencia, formó su propio proyecto artístico de creación escénica e investigación, LaBú Teatre.