Magdalena, la otra Frida es un espectáculo de técnica mixta con actores, títeres de mesa, música y dibujo en vivo, que trata sobre la infancia de Frida Kahlo. Pretende mostrar al espectador el lado humano de la icónica pintora mexicana y propone una reflexión sobre la importancia del apoyo de los adultos, para generar resiliencia en situaciones críticas. A lo largo de la obra, Frida, cuyo primer nombre era Magdalena, va recordando momentos importantes de la niñez que dan indicios de su rebeldía, inteligencia e imaginación; recuerdos que se entremezclan con la ficción para recrear una infancia posible de la artista, y dar de paso respuesta a preguntas, como ¿Por qué llevaba flores en el cabello?

Los actores-manipuladores trabajan en dos registros. Uno, más objetivo, consiste en la narración de la trama, para lo que se desdoblan en varios personajes y manipulan los objetos. En el otro, trabajan con una perspectiva más íntima y subjetiva, basada en su propia experiencia. La obra se estructura en torno a la vida de la joven Frida, especialmente en acontecimientos que definieron su carácter y creatividad, como los efectos físicos y sociales que tuvo en ella la poliomielitis, que padeció a los seis años y que le causó graves problemas en su pierna derecha. No obstante, el espectáculo no hace tanto hincapié en la parte biográfica de la artista, como en mostrarla cercana a través de su infancia.

Los títeres están realizados con objetos de pintura y artes plásticas, tales como pinceles, tinturas, trapos, paletas, maniquíes para dibujo... También se hace uso de recursos multidisciplinares como el dibujo en vivo, música y zapateado… No como ornamento, sino integrados en la historia y como parte esencial de la misma.

“Cuenta con una dramaturgia brillante y la puesta en escena corona un trabajo lleno de filigrana (…). Es un poema hecho teatro, un poema hecho actuación y manipulación, es un poema hecho dramaturgia y música. Son dos manecillas humanas sincronizadas durante 50 minutos que nos llenarán la cara de sonrisas y el alma de posibilidades infinitas para confiar en nosotros mismos y en el otro.” (Roberto Feregrino, Maremoto Moristain)

Mondomeraki nace en 2017 del encuentro artístico de la titiritera y autora española Luisa Aguilar con el artista plástico y músico mexicano Adolfo García. La palabra ‘mondomeraki’ significa “hacer arte con el alma y libre de lo superfluo” y bajo esa premisa, la compañía produce sus obras: “Tenemos como objetivo principal crear espectáculos de calidad comprometidos ética y estéticamente con el público, tanto infantil como adulto. También conseguir un lenguaje poético-teatral propio basado en el teatro de objetos, por lo que estamos en constante formación e investigación dentro de esta disciplina (…). Abordamos temas que consideramos necesarios, como la resiliencia, la migración, los desaparecidos, la equidad de género…”.

En 2017, Mondomeraki produce y estrena su primer espectáculo, Cuentos y café con pan, que fusiona narración con teatro de objetos y música, y con el que han realizado más de 70 funciones en México y España. También cuenta con una versión digital, estrenada durante la pandemia y confinamiento de 2020. En 2019, produce y estrena su segundo espectáculo, Magdalena, la otra Frida, seleccionado para participar en Feten, representando a México. También formó parte del programa Alas y Raíces de México, en 2021. En ese año, estrena, también en formato digital, el proyecto Algo que objetar.

La compañía también imparte cursos y talleres de artes plásticas, teatro de objetos y fomento a la lectura. Además, participa en mesas de trabajo, proyectos y convivencias artísticas que mezclan diferentes disciplinas, y colabora en iniciativas de creación de cultura comunitaria y artística.