LA PLAZA

El Conde de Torrefiel

www.elcondedetorrefiel.com

  • Dramaturgia contemporánea
  • Estreno en Madrid
  • País: España (Cataluña)
  • Idioma: español e inglés
  • Duración aprox: 1 hora y 25 minutos (sin intermedios)
  • Año de producción: 2018

  • Colaboración entre Teatros del Canal y el Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid.
Idea y creación: El Conde de Torrefiel en colaboración con los performers
Puesta en escena y dramaturgia: Tanya Beyeler y Pablo Gisbert
Texto: Pablo Gisbert
Diseño de luces: Ana Rovira
Espacio sonoro y música: Rebecca Praga
Diseño de sonido: Adolfo García
Escenografía: El Conde de Torrefiel y Blanca Añón
Vestuario: Blanca Añón y performers
Robot: Oriol Pont
Dirección y coordinación técnica: Isaac Torres
Técnicos en gira: Javier Castrillón y Roberto Baldinelli
Intérpretes: Amaranta Velarde, Albert Pérez, Gloria March, David Mallols, Monica Almirall, Nicolas Carbajal, Carmen Collado, María Pizarro, Alvaro Fontalba, Oihana Altube, Natasha Padilha, Jesús Masso, Lara Ortíz, Carlos Troya, Javier de la Rosa y Andrea Martínez
Difusión y tour manager: Caravan Production, Bruselas
Una producción de: AKunstenfestivaldesaarts (Bruselas) y El Conde de Torrefiel
En coproducción con: Alkantara & Maria Matos Teatro (Lisboa), Festival d’Automne & Centre Pompidou (París), Festival GREC (Barcelona), Festival de Marseille, HAU Hebbel am Ufer (Berlín), Mousonturm, Frankfurt am Main, Triennale di Milano, Vooruit (Gante), Wiener Festwochen (Viena), Black Box Theater (Oslo) y Zürcher Theater Spektakel (Zürich)
Con el apoyo de: Zinnema (Bruselas), Festival SÂLMON, Mercat de les Flors y El Graner - Centre de Creació (Barcelona), Fàbrica de Creación Fabra i Coats (Barcelona), INAEM Ministerio de Cultura, Institut Ramón Llull e ICEC-Generalitat de Catalunya

LA PLAZA es, en mi humilde opinión, un martillazo a toda autocomplacencia, a toda complacencia entera, un martillazo que apela a nuestra barbarie tolerada, a nuestros prejuicios, a nuestro sistema de creencias y a nuestra forma de mirar”.
Núria Corominas, TEATRON

LA PLAZA empieza con un final, el final de una pieza que ha durado 365 días y en la que no ha ocurrido absolutamente nada. La lectura de los pensamientos que se agitan en la cabeza de uno de los espectadores frente a esta única imagen es el solo movimiento en escena. Este hipnótico tramo inicial se transforma pronto en el camino a casa de un individuo que traza su paso por el mundo a través de sus pensamientos. Un paisaje en movimiento que muta imperceptiblemente a través de palabras proyectadas, donde personajes habituales son representados de manera inquietante, sin rostros, pero reconocibles por su identidad social. Los pensamientos, ideas, sensaciones y recuerdos de este personaje configuran una mirada y significan de manera azarosa estos tableaux vivant que conforman el mundo exterior. Una realidad dada por percepción subjetiva que se adentra en su conciencia y de la cual, a veces y a partir de la máxima sencillez, aflora algo más profundo e inquietante.

LA PLAZA dibuja un paisaje impresionista mediante luces, sonido y una estética de carácter etéreo y espectral, que toma el espacio público como paradigma reducido del mundo contemporáneo. Un espacio y un tiempo cuyos limites están difuminados por una realidad que ya es líquida y que se construye de vidas que se invisibilizan casi por omisión voluntaria; una realidad derretida, disuelta por numerosas subjetividades que cohabitan, sin tocarse.

LA PLAZA se narra en la segunda persona del singular, anula el “yo” o el “nosotros” como representación colectiva y activa un juego de percepción de un mundo forzadamente alienado, alienante, inmóvil, cercano a la muerte y la nada, donde los otros solo alcanzan la categoría de imagen; una imagen superficial que a penas se puede ya tocar.



Sobre la compañía


Los trabajos escénicos de El Conde de Torrefiel se caracterizan por puestas en escena donde coreografía, texto e imágenes plásticas convergen para crear narraciones inusuales y fragmentadas donde las tensiones entre lo individual y lo colectivo que caracterizan a la sociedad europea en el siglo XXI afloran y se materializan en escena de manera sorprendente.

El Conde de Torrefiel empieza su trayectoria profesional en 2010 con el estreno de La historia del rey venido por el aburrimiento y, desde entonces, ha producido siete espectáculos más: Observen cómo el cansancio derrota al pensamiento, Escenas para una conversación después del visitando de una película de Michael Haneke, La chica de la agencia de viajes nos dijo que había piscina en el apartamento (espectáculo presentado en el Festival de Otoño en 2013), La posiblidad que desaparece frente al paisaje, GUERRILLA, LA PLAZA y Kultur. Sus producciones han girado extensamente a nivel internacional, especialmente en Europa, pero también en America Latina y Asia. Asimismo, tres de ellas cuentan con una red de coproductores internacionales.

En septiembre de 2020, El Conde de Torrefiel presenta su novena producción, LOS PROTAGONISTAS, pieza también coproducida a nivel europeo y pensada para público infantil y familiar. En palabras de la propia compañía: “siempre respondiendo a una voluntad de investigación y tratando de seguir fieles al estilo que caracteriza los trabajos de El Conde de Torrefiel, consideramos necesario para nuestro recorrido poner a prueba la capacidad de crear un teatro para personas que han nacido en este nuevo siglo, que crecen en sus formas y que configurarán su devenir”.

Además de la creación de piezas escénicas con un lenguaje de carácter contemporáneo y muy personal, a lo largo de estos diez años de trayectoria, El Conde de Torrefiel ha trabajado con otros formatos como el vídeo, la instalación y el site-specific o la publicación de textos. Entre estos trabajos destacan la vídeo creación MORIR NUNCA (2011), para el ciclo Sobranatural de La Porta de Barcelona; la pieza Todo da mucha puta risa (2012), para Escenarios del Streaming; el fanzine escènico Orxata, para el Sweet #6 de La Porta en 2012; una pieza site specific para el Festival FESTUS de Torellò en 2013, junto con los artistas visuales Enric Farrés y Quim Packard; las cuatro conferencias organizadas para el ciclo Todo lo que me gusta es ilegal, inmoral o engorda, de la asociación Nyam Nyam de Barcelona en 2015; la pieza UNIR TODO, para el MIRfestival de Atenas en 2019; y la publicación de los textos de Pablo Gisbert para El Conde de Torrefiel con la Editorial La Uña Rota, que está actualmente en su segunda edición, además de la publicación en francés de los textos de La posiblidad que desaparece frente al paisaje y GUERRILLA, con la Editorial Actualité Editions de París.

El Conde de Torrefiel ha realizado distintas colaboraciones con otros artistas, especialmente, en el campo de la danza. Entre estas colaboraciones destaca el trabajo dramatúrgico para la compañía de danza La Veronal y su director Marcos Morau, que ha sido constante entre 2009 y 2015 y que, por incompatibilidades de calendario de ambas compañías, es actualmente más esporádica. Con esta compañía de danza El Conde de Torrefiel ha participado en la creación de las piezas Maryland, Russia, Islandia, Siena, Voronia, Bologna-Pasolini y Sonoma, así como las creaciones de Marcos Morau para compañías estables como Nippon-Koku del CND de Madrid en 2014, Edvard para la compañía Carte Blanche de Bergen en 2015, Oskara de Kukai o Rotko Chapel para la Opera de Göteborg en 2017. Otras colaboraciones dramatúrgicas han sido El cielo ahora (2014) de Olatz de Andrés, Éncore (2013), Bienvenue (2017) y Nous Trois (2019), de la coreógrafa suiza Eugénie Rebetez, OVNI (2017) del colectivo Big Bouncers de Barcelona o Flying Pius (2016) de Eulàlia Bergadà. En 2020 El Conde de Torrefiel empieza a colaborar con el director de cine Carlos Pardo Ros en el guión de su primera película, colaboración que se extenderá en dos ulteriores proyectos: MIRAR en 2021, un trabajo híbrido entre performance y cine bajo encargo del Festival de Santarcangelo (Italia) y la filmación y traducción al lenguaje cinematográfico de la pieza KULTUR que El Conde de Torrefiel estrenó en 2019.

Paralelamente, durante estos años El Conde de Torrefiel ha actuado también en el campo didáctico en episodios puntuales, impartiendo workshops, masterclasses y seminarios de dramaturgia para bailarines y coreógrafos, así como de puesta en escena para creadores tanto a nivel nacional como internacional, en lugares como el departamento de Coreografía del Institut del Teatre de Barcelona, la Asociació de profesionals de la dança de Catalunya (APdC), el festival Fringe en colaboración con el Museo Reina Sofía o estudiantes del master DasArts de Ámsterdam.



Con nombre propio


“Imaginamos esta nueva pieza como una plaza. El teatro y la plaza comparten mecanismos narrativos del presente y referencias a una memoria colectiva del pasado; intérpretes y espacio escénico son los monumentos y las personas que transitan esta plaza aportando formas, historias y nombres.

El escenario quiere revelarse como un ágora para ampliar el concepto de espacio y tiempo, salir de los márgenes físicos de nuestro entorno y observar las tensiones de las fuerzas que rigen la misma idea de vida. Un espacio circular ocupado por monumentos y personas, un lugar concreto que se define con capacidad de pensarse a sí mismo y proyectarse en el futuro.

En esta nueva creación nos centramos en trabajar la idea del futuro como un tiempo desconocido e imprevisible y que se materializará a partir de situaciones inesperadas. Con solo 20 años de vida, el siglo XXI ya es convulso y conflictivo a escala mundial. Los días son bipolares: las formas de pensarnos y organizarnos están cambiando de manera radical e incontrolable, pero al mismo tiempo no está cambiando nada. La civilización avanza trepidantemente mientras que la realidad es paradójicamente cada vez más subjetiva, emotiva e impenetrable.

La tensión entre el recuerdo y la imaginación que nos señala como seres únicos en este mundo generan a su vez un conflicto perpetuo entre el deseo de superar las imperfectas formas de lo establecido y el temor a lo desconocido, lo inexplicable y, en definitiva, lo deforme.
Finalmente, esta posibilidad de imaginar un futuro inexplicable se convierte en un estado privilegiado de la perfección: un lugar donde los enemigos han sido derrotados, un paraíso que sólo es alcanzable en estado de muerte”.


Tanya Beyeler y Pablo Gisbert (El Conde de Torrefiel)



Información práctica


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