Álex Rigola
| Autor y director: | Àlex Rigola |
| Intérpretes: | Alba Pujol y Pep Cruz |
| Asesoramiento a la dramaturgia: | Dobrin Plamenov, Alba Pujol e Irene Vicente |
| Escenografía: | Max Glaenzel |
| Jefe técnico: | Igor Pinto |
| Producción ejecutiva: | Irene Vicente |
| Management: | Art Republic Productions |
| Agradecimientos: | Dr. Enric Benito, Josep Pujol, Laura Sisteró y mobles114 |
| Coproducción: | Sala Beckett, Titus Andrònic, Heartbreak Hotel y Temporada Alta 2019 |
| Con el apoyo de: | Generalitat de Catalunya |
“¿Quién llevaría todo este peso con quejas y sudores durante toda una vida extenuada si no fuera por el miedo de algo más allá de la muerte, este país no descubierto que no permite regresar de sus fronteras a ninguno de los viajeros”.Fragmento de Hamlet, de William Shakespeare
Àlex Rigola recibió la propuesta de hacer una obra sobre la muerte. Y lo que resultó fue, en realidad, una creación sobre el individualismo, el neoliberalismo, la familia, lo inmaterial, la humanidad, lo grupal, el existencialismo, la supervivencia, la amistad y el amor. En definitiva, un espectáculo sobre la vida a partir de la muerte.
En Un país sin descubrir de cuyos confines no regresa ningún viajero la puesta en escena es muy sencilla: una actriz, un actor, una mesa, un ordenador y una pantalla donde aparecen preguntas. La dramaturga y actriz Alba Pujol mantiene una conversación con su padre, Josep Pujol, catedrático de Historia de la Economía, interpretado por Pep Cruz, durante su último ciclo de quimioterapia.
La obra se estructura a través de la adaptación de las transcripciones de las conversaciones entre padre e hija, con Cioran, Shakespeare, Lacan, Gil de Biedma, Eugenio, los hermanos Coen o Peter Handke como compañeros de un viaje en el que la pulsión de muerte nos lleva a la vida. En total,180 páginas de material que, después, se perfilaron, releyeron y recolocaron para generar esta obra en la que la preparación del entierro y el funeral conduce a profundas reflexiones, pero también a una mirada repleta de sentido del humor.
Hablando directamente con el público, los dos intérpretes relatan y reviven estas conversaciones.
Un país sin descubrir de cuyos confines no regresa ningún viajero es un proyecto de teatro documental y vivencial de Àlex Rigola, uno de nuestros directores españoles más internacionales, responsable de propuestas nada convencionales como Macho Man (2018), Vania (2017), Who Is Me. Pasolini (2016), Incerta Glòria (2015) o Marits i Mullers (2015) y que, creación tras creación, continúa rompiendo los límites del escenario. Ahora, con la ayuda de las palabras de Josep Pujol, el director nos muestra una lección de vida, de amor, de relaciones entre personas y de enfrentamiento a la muerte digna de una perspectiva apacible y rica en conocimientos.
Nacido a Barcelona el 1969, Àlex Rigola ha dirigido espectáculos de teatro y ópera en el Teatro Real, el Centro Dramático Nacional, el Teatro de La Abadía y el Gran Teatro del Liceu, entre otros. De 2003 a 2011 dirigió el Teatre Liure de Barcelona, donde montó, entre otros títulos, Gata sobre el teulat de zinc calent, de Tennessee Williams; Nixon-Frost, de Peter Morgan; Rock & Roll, de Tom Stoppard (Premio de la Crítica de Barcelona, Premio Terenci Moix y dos Premios Max); Ricard III i Juli Cesar, de William Shakespeare; Santa Joana dels escorxadors, de Bertolt Brecht; Glengarry Glen Ross, de David Mamet; y European House (pròleg a un Hamlet sense paraules), del propio Rigola.
De 2010 a 2016 dirigió la sección teatral de la Bienal de Venecia. De 2016 a 2017 codirigió, junto con Natalia Álvarez Simó, los Teatros del Canal de Madrid. Sus espectáculos han girado por Francia, Italia, Alemania, Austria, Portugal, Rusia, Hungría, Chile, Venezuela, Colombia, México, Taiwán y Australia, entre otros países.
De su trayectoria como director, destacan también 2666, de Roberto Bolaño; Ubú Rei, de Alfred Jarry; Llarg viatge cap a la nit, de Eugene O’Neill; Dies millors, de Richard Dresser; Marits i mullers, a partir del guion de Woody Allen; El policía de las ratas, a partir del relato homónimo de Roberto Bolaño; Coriolà, de William Shakespeare; y Tragèdia, poema visual a partir de El nacimiento de la tragedia, de Nietzsche. Además, ha dirigido la ópera L’holandès errant, coproducción del Liceu y el Teatro Real, y Madame Butterfly para La Fenice de Venecia. También ha dirigido El público, de Federico García Lorca; Ivanov, de Chéhov; Who is me. Pasolini (Poeta de las cenizas), sobre Pier Paolo Pasolini con idea, dramaturgia y dirección de Rigola; Vània, versión libre a partir del clásico de Chéhov, y Un enemigo del pueblo (Ágora), una adaptación de la obra de Henrik Ibsen que requería la participación del público.
Su compañía Heartbreak Hotel, fundada por Jordi Puig “Kai”, Max Glaenzel y el propio Rigola, nace con el espíritu de investigar nuevas formas de narración escénicas y el deseo de confrontar al público con los valores de nuestra sociedad contemporánea, con los valores del ser humano y, por lo tanto, con los valores de uno mismo.
Como apunta Rigola, “cuando nos preguntamos por qué vamos al teatro o por qué hacemos teatro, la respuesta siempre acaba siendo la misma: para conocer mejor al ser humano, y este deseo va directamente unido al deseo de conocimiento de nosotros mismos. Es de suponer que esta voluntad es debida a un deseo de mejorar como personas. El hecho de confrontarnos nos obliga a un crecimiento personal que solo puede beneficiar a la sociedad. Pero este enfrentamiento siempre es difícil y acaba produciendo cambios de respiración, risas y lágrimas, señal inequívoca que alguna cosa está sucediendo. Estos valores, sumados a la voluntad de confrontar las artes escénicas con la literatura, las artes plásticas, el documental, la filosofía y la problemática social, conjuntamente con la preocupación enfermiza por encontrar una cierta verdad escénica (que no real), nos ha llevado a crear esta compañía Heartbreak Hotel y la productora Titus Andronic”.
“Me propusieron hacer un espectáculo sobre la muerte y nos ha salido un espectáculo sobre el individualismo, el neoliberalismo, la familia, lo inmaterial, la humanidad, lo grupal, el existencialismo, la supervivencia, la amistad, el amor... Nos ha salido un espectáculo sobre la vida. La dramaturga y actriz Alba Pujol mantiene una conversación con su padre, catedrático de Historia Económica, durante su último ciclo de quimioterapia. La pulsión de la muerte nos lleva a la vida. La obra es una adaptación de las transcripciones de estas conversaciones, en las cuales Cioran, Shakespeare, Lacan, Gil de Biedma, los hermanos Cohen, el Dr. Benito, Eugenio y Peter Handke nos acompañan en el viaje”.
Àlex Rigola