En un proceso de reflexión de su trayectoria y obligado por la pandemia, el coreógrafo Jesús Rubio dedicó un tiempo, como él afirma, a “buscar entre lo que ha quedado”. Eso que ha quedado es su propio trabajo con la danza y la decantación que significa El hermoso misterio que nos une, donde él solo en el escenario despliega, con la música de Bach, una alabanza a la movilidad del cuerpo y del pensamiento, al flujo de ideas y preguntas, a las pequeñas revelaciones, a la capacidad que tenemos para recordar y proyectarnos. A ese mundo que comparece, por muy solos o aislados que estemos.
Jesús Rubio Gamo (Madrid, 1982) es un bailarín y coreógrafo independiente que lleva produciendo sus propias creaciones desde 2008. Ha estudiado ballet clásico, danza contemporánea, teatro y literatura en instituciones como la Real Escuela Superior de Arte Dramático, el Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma o la Universidad Complutense de Madrid. Recibió una beca MAE-AECID (2005-2007) para desarrollar un Máster en Coreografía en la London Contemporary Dance School (The Place), que concluyó con el grado de Distinción, y ha cursado estudios de Máster en Práctica Escénica y Cultura Visual por la UAH en colaboración con el Museo Nacional de Arte Reina Sofía. Durante 2017 y 2018 fue seleccionado por la Red de Danza Aerowaves como uno de los veinte coreógrafos jóvenes más destacados del panorama europeo actual. En 2020, Radio Nacional de España le otorgó el Premio El Ojo Crítico en la modalidad de danza. El jurado valoró “su enfoque artesanal de la composición coreográfica que se evidencia tanto en proyectos íntimos, a la hora de hacer bailar la palabra, como en la orquestación de grandes grupos en los que consigue aunar la estructura con la individualidad de sus intérpretes”. Entre sus piezas, destaca Gran bolero, una coreografía para doce bailarines, coproducida por Teatros del Canal y el Mercat de les Flors, ganadora del Premio Max al Mejor Espectáculo de Danza en la edición de 2020.