UNA VEZ
Cortometraje. Dirección: María Guerra, Sonia Madrid . España. 13 min. 2015
Un día como otro cualquiera, Chila Huerta levantó a sus tres hijos y dejó la casa en la que vivía con su marido. Nadie en la ciudad entendía cómo había sido capaz de abandonarlo. Un hombre que tenía la bondad reflejada en los ojos.
MAGALLANES
Largometraje. Dirección: Salvador del Solar. Perú, España. 109 min. 2015. No recomendada menores 16 años.
Magallanes ve subir a su taxi a Celina, una mujer que conoció en Ayacucho tantos años atrás, cuando él era un soldado y ella una campesina menor de edad. Ella no lo reconoce, pero él no ha podido olvidarla. Tras seguirla a escondidas, descubre que está siendo presionada por una prestamista que amenaza con despojarla de su peluquería. Magallanes hará todo lo posible por ayudarla. Pero Celina preferiría perderlo todo antes de dejarse ayudar por él.
Música y danza
Autor y Dirección: Hugo Pérez de la Pica / Intérpretes: Candelaria de la Serena, Helena Amado, Raquel Valencia, Badia Albayati, Alberto Arcos, Ana Peiró, José Luis Sanz, Mikhail Studyonov.
135 min. (con descanso)
Esta función ahonda en las raíces de lo que podríamos llamar canción popular de temas y esquemas musicales característicos del teatro musical en español.
La tonadilla, pariente y partícipe con carácter más narrativo, cómico, trágico o melodramático de las tonadas, que denominan al cante grande de tan marcado carácter y difícil ejecución, espeluznante y conmovedor.
La tonadilla es la canción que al momento podía inundar las calles, que no engendraba demasiada dificultad, excepto la delicadeza que conlleva siempre una interpretación justa y cabal. Un repertorio escogido por el valor estético y sentimental.
Música
Intérpretes: Azucena López (soprano), Hugo Enrique Cagnolo (guitarra) y Carlos Granados (castañuelas)
Las majas y los majos, son los personajes que inmortalizaron los cuadros y tapices de Francisco de Goya. Representan una gran parte de la clase popular de Madrid, que tenían un modo peculiar de vestir, de moverse, de bailar, de recitar, una actitud desafiante, descarada, un casticismo que se contraponía a las rígidas ideas y a los gustos afrancesados que querían imponer los nobles, gobernadores y administradores. Frente al minué, la contradanza y otros bailes importados de Francia, más serios y mesurados, acompañados de violines, se imponía las seguidillas, el fandango, el bolero, los panaderos, la tirana, el olé, la cachucha y otros, acompañados de guitarras, bandurrias, laúdes y castañuelas.
A finales del S. XVIII comenzó el fenómeno denominado Majismo, en el que las clases privilegiadas terminaron adoptando el vestuario (con tejidos y adornos mucho más ricos) y las costumbre propias de manolos y majos de ambos sexos, incluyendo la música, bailes y diversiones populares, en oposición a la moda francesa. Los maestros de danza de la aristocracia los refinaros y de este modo, los bailes populares pasaron a los salones de los palacios. En danza surge la “Escuela Bolera” y en teatro la “Tonadilla Escénica, un teatro genuinamente español, en contraposición a la opereta francesa y la ópera cómica italiana.
A lo largo del siglo XlX todo este movimiento pierde valor; pero a finales de ese siglo, los músicos españoles, imbuidos otra vez de un espíritu nacionalista, vuelven a componer obras teatrales cantadas (zarzuelas) en las que los temas populares resurgen con fuerza.
Tiranas, Polos, Seguidillas, Habaneras, Tonadillas y Zarzuela Castiza, componen el programa de este espectáculo, que nos intenta acercar a la música popular de ese tiempo.