Bienvenidos a la 39º edición del Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid,
El año pasado logramos celebrar una edición emocionante e inolvidable del Festival de Otoño. Creo que fue ejemplo de la voluntad conjunta -de la ciudadanía y de los creadores- por permanecer unidos, por proteger un arte tan frágil y poderoso como es el teatro, aun en circunstancias muy adversas. Las cifras de espectadores y taquilla avalan el éxito del esfuerzo realizado, pero más allá de éstas, no olvidaremos nunca la emoción compartida por haber podido celebrar, en todas las acepciones del término, nuestro Festival de Otoño.
Un año después, nos enfrentamos todavía a las consecuencias de la pandemia; nos preguntamos qué vendrá ahora, cómo volver a estar juntos. Ante esas preguntas, formidables y pavorosas, estará el teatro para acompañarnos.
En esta edición, aliviadas las restricciones de movilidad, se acentúa una de las señas de identidad del Festival: la presencia de espectáculos internacionales. Contaremos con compañías procedentes de una decena de países y con una marcada participación latinoamericana. Confiamos en que en la edición de 2022 -ojalá ya superada la pandemia- podamos ahondar aún más en esta triple dirección: la descentralización del Festival, la presencia de espectáculos internacionales (especialmente iberoamericanos) y la atención a la última escena nacional. Quiero agradecer, en este punto, la confianza de la consejera Marta Rivera de la Cruz y del equipo de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid; también a todas las mujeres y hombres que forman parte del equipo del Festival de Otoño.
Como decía al principio, en este tiempo hemos sido conscientes de la fragilidad y de la potencia de nuestros cuerpos, de su misterio y de su elocuencia, de lo singular y de lo universal de cada uno de ellos. Toca ahora volver a estar juntos y continuar, aunque no sepamos muy bien hacia dónde. Quizá, como los pájaros del cielo de Madrid en la fotografía de Javier Campano que veis en el cartel de este año, podemos seguir juntos aun sin saber cómo. Ese vínculo frágil es el corazón del teatro.
Esta edición del Festival de Otoño se pregunta cómo y desde dónde vamos a construir ese porvenir compartido. En otras palabras, quiénes somos y quiénes podemos llegar a ser al poner de nuevo unos cuerpos junto a otros: el cuerpo como signo central de la existencia. Así presentamos elTríptico de Peeping Tom en colaboración con los Teatros del Canal,Highlands de Mal Pelo (coproducción de Festival), Larsen C. de Christos Papadopoulos, Cuerpo de baile de Pablo Messiez, Piano Works Debussy de Lisbeth Gruwez y Claire Chevallier, After All Springville de Miet Warlop / Irene Wool en colaboración con La Casa Encendida, El hermoso misterio que nos une (coproducción del Festival) de Jesús Rubio Gamo; Pinocchio de Babilonia Teatri, Criaturas del desorden de Elena Córdoba o Los inescapables Alpes de La Chachi. Piezas todas que, desde el teatro físico, la danza o la performance, exploran las posibilidades poéticas, filosóficas y estéticas del cuerpo.
Ante la posibilidad de la desaparición, hemos sentido también la importancia de la herencia y del vínculo. Nos preguntamos qué es lo que debemos salvar a cada instante del incendio al que llamamos tiempo. Del vivísimo diálogo entre de la contemporaneidad con la tradición, presentamos Transverse Orientation de Dimitris Papaioannou (coproducción del Festival), Terebrante de Angélica Liddell,Antigone in Molenbeek y Tiresias de Guy Cassiers,Imprenteros de Lorena Vega y sus hermanos o Fedeli d´amore de Teatro delle Albe.
Ante las amenazas y retos del mañana pospandémico (crisis climática, precariedad laboral, ascenso de los totalitarismos, etc.), una pregunta emerge inevitable: “¿quiénes seremos allí donde nos dirigimos?”. De este interrogante nacen propuestas como Bros de Romeo Castellucci, Paraguay de Lucía Marciel y Paula Grinszpan, Fairfly de La Calòrica, Tú amarás de Bonobo,¿Cómo hemos llegado hasta aquí? de Andrea Jiménez y Jinete Último Reino Frag de María Salgado y Fran Cabeza de Vaca.
De nuevo en esta edición hemos trabajado en permanentemente diálogo con otros Festivales e instituciones. En colaboración con el Teatro de la Abadía presentamos lo mejor de los diez años del Be Festival, un programa formado por creaciones de Claudia Catarzi, Hannah de Meyer y Bertrand Lesca y Nasi Voutsas; junto a la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales traemos a Madrid algunos de los más sobresalientes ejemplos de la creación contemporánea andaluza: trabajos de Alberto Cortés y Laura Morales. Agradecemos también la colaboración del Istituto Italiano di Cultura di Madrid, del Instituto Francés, al Instituto Cervantes y, como en cada edición, a todos los teatros y espacios participantes. Celebramos también la declaración del Paisaje de la Luz como Patrimonio Nacional de la Unesco con el regreso de Pictura Fulgens —el encuentro de poesía, pintura y cuerpo— en uno de sus espacios más señalados: el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.
En esta edición contamos además con dos espectáculos para todos los públicos y especialmente el público familiar: Geólogie d´une Fable del Collectif Kahraba (Líbano) —a partir de seis años— y Ma biche et mon lapin (Mi cierva y mi conejo) de Collectif AÏE AÏE AÏE (Francia), —a partir de los nueve años—, dos pequeñas grandes joyas de teatro de objetos que fascinarán a pequeños y grandes.
Por último, queremos recordar y rendir homenaje al director y gestor cultural Ariel Goldenberg, cuyo nombre siempre estará ligado a este Festival. Su entrega, su impulso y su compromiso durante los quince años que lo dirigió forman parte sustancial de la cadena de mujeres y hombres que han permitido que el próximo año el Festival alcance las cuarenta ediciones. A su memoria va dedicada esta edición del Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid.
Muchísimas gracias.
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