País: Argentina
Idioma: español
Género: teatro - humor
Edad mínima recomendada: 8 años
Franja de edad recomendada: a partir de 8 años
Duración aproximada: 55 minutos
Aforo del espectáculo: 500
"Crear un espectador que pueda discernir, es crear un espectador libre"
- Bertol Brecht
Romeo y Julieta, una obra en construcción cuenta la historia de un grupo de 25 actores argentinos que representan a su país en uno de los festivales de teatro más importantes de toda América. El evento tiene lugar en un plató de televisión y en directo para todos los países del continente. Dos actores se enfrentan al reto de tener que representar solos un montaje previsto para 40 intérpretes porque sus compañeros, con el vestuario y atrezzo, se han quedado tirados en la carretera por una avería del bus que los transportaba. A partir de ahí se suceden momentos divertidos resultado de las ingeniosas soluciones que ambos intérpretes pondrán en marcha para lograr representar la obra.
El montaje se alzó en el pasado Festival de Teatro de Almagro con el premio al mejor montaje del II certamen Barroco Infantil, destacando el jurado el excelente trabajo actoral, su excelente comunicación con el público, la ingeniosa construcción del vestuario, la imaginación para procurar que los objetos cobren la vida necesaria, el humor en el texto y la lógica alternativa defendida por dos payasos.
Mónica Spada, actriz del montaje, explica que en esta versión se han respetado los conflictos fundamentales del clásico de Shakespeare pero teniendo en cuenta la realidad de estos dos actores. "Es una realidad muy argentina, donde solemos resolver las cosas con lo que hay, fruto de las eternas crisis, agudizando siempre la creatividad". Pablo Di Felice, actor, director y autor de la obra, enumera las diferentes lecturas que tiene la obra. "Con los niños funciona mejor lo que es el clown, las caídas, los golpes. Los adolescentes, al conocer la obra, disfrutan mucho de la trama, de cómo estos dos actores resuelven las situaciones, cómo arman el balcón o una iglesia y entran en el código del juego inmediatamente. Se sienten muy identificados. Al adulto intentamos engancharle sin que los pequeños pierdan el hilo de la historia".