Cuando Martirio era pequeña dos cosas le provocaban un miedo descorazonador: ver a alguien desprotegido y las brujas, esas solitarias y malvadas mujeres que viven en viejas casuchas en lo alto de la montaña. La protagonista de Ikimilikiliklik (Mi pequeña), último espectáculo de la prestigiosa compañía vasca Marie de Jongh, es una niña que teme a las brujas pero termina convirtiéndose en una de ellas.

Por primera vez Marie de Jongh presenta una obra no gestual, donde la palabra es un elemento dramático ineludible. Con Ikimilikiliklik –el título evoca un conjuro en euskera- la troupe liderada por el director Jokin Oregi quiere “compartir una reflexión sobre el miedo, su carácter castrador, su implacable poder sobre nuestras decisiones, pero también sobre esa parte incómoda de nosotros mismos que nos define y con la que debemos convivir”.

La pieza, coproducida por el Festival GREC de Barcelona, se estrenó en el LAVA de Valladolid el pasado mes de noviembre y se ha alzado con el Premio al Mejor Espacio Escénico 2020 en FETEN, Feria Europea de Artes Escénicas para Niños y Niñas.

Marie de Jongh fue reconocida en 2018 con el Premio Nacional de Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud por “su permanente compromiso con la sociedad, que se refleja en los temas que afronta en sus espectáculos”.