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Plató de rodaje

Metro de Madrid, un gran plató bajo tus pies

Nada más llegar a Madrid, los Pérez se desplazan en metro a Lavapiés en la genial “Surcos” (José Antonio Nieves Conde, 1951), una de las primeras películas que ha tenido a Metro de Madrid como escenario e incluso protagonista.

Desde entonces, muchos han sido los directores que han llevado al cine el día a día de esta ciudad subterránea cuya historia es parte y reflejo del devenir de Madrid.

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Explora el fascinante mundo de platós subterráneos de Metro de Madrid

Portada de ruta en el metro

Comenzamos nuestro recorrido en los años 50, inaugurada con la citada “Surcos”. Pocos años después, Jacinto vestido de luces viaja en metro a la Plaza de las Ventas desde Tirso de Molina dispuesto a demostrar a su sobrino y al mundo sus dotes toreras en "Mi tío Jacinto" (Ladislao Vajda, 1956).

Ya en los 60, Gracita Morales trata de salir de la estación de Ventas envuelta en una multitud en otra obra maestra del cine español, “Atraco a las tres” (José María Forqué, 1962) y Luis García Berlanga eligió la estación de Carabanchel para que José Luis (Nino Manfredi) devolviera a su suegro verdugo, Pepe Isbert, el maletín de trabajo que se había dejado olvidado en su coche fúnebre en “El verdugo” (1963). E icónica es la imagen de José Luis López Vázquez saliendo de la estación de metro de Sevilla en “Un millón en la basura”, también de José María Forqué (1967).

Fotograma de Un millón en la basura
Un millón en la basura (1967)

En los 70, Pedro Lazaga también recurre al metro en “Estoy hecho un chaval” (1977), con Paco Martínez Soria, y mención aparte merece la odisea de los ciegos Pablo y Andrés (José María Rodero y Quique San Francisco) tras quedarse encerrados de noche en la estación de Goya en ‘La larga noche de los bastones blancos' (Javier Elorrieta, 1979).

Llegamos a los 80 y hacemos parada en una de las joyas de Pedro Almodóvar, “Laberinto de Pasiones” (1982), en la que Cecilia Roth se maquilla en el metro. Y en otro clásico de nuestro cine “La estanquera de Vallecas” (Eloy de la Iglesia, 1987), en la que los inexpertos Leandro y Tocho llegan en metro a Puente de Vallecas para atracar el estanco de Emma Penella. También en los 80 Jaime Chávarri nos recordó que Metro sirvió de refugio durante la guerra en “Las bicicletas son para el verano” (1984), basada en la obra de teatro homónima de Fernando Fernán Gómez.

Fotograma de La estanquera de Vallecas
La estanquera de Vallecas (1987)

Ya en la década siguiente, un corto grabado íntegramente en Metro, “El Columpio” (Álvaro Fernández Armero, 1993), se alzó con un Goya. Coque Malla y Ariadna Gil se intercambiaban miradas en una historia de amor que nunca llega a materializarse, como sí lo hizo la de Unax Ugalde y Pilar López de Ayala tras encontrarse en el metro en “Báilame el agua” (Josetxo San Mateo, 2000).

Fotograma de Los ilusos
Los ilusos (2013)

Y hablando de amores, aunque tengamos que retroceder un poco en el tiempo, ¿cómo olvidar el de Matías por su prima Violeta en “Ópera Prima” (Fernando Trueba, 1980) junto a la boca de metro de Ópera, inmortalizada en el cartel de la película? Por cierto, el hijo del director, Jonás Trueba también mostró una estación de metro en “Los ilusos” (2013), en su caso la de Antón Martín.

El cambio de siglo convirtió a Victoria Abril y Penélope Cruz en ángeles, uno malo y otro bueno, y los subió al metro en “Sin noticias de Dios” (Agustín Díaz Yánez, 2001). Como curiosidad podemos recordar que la película se presentó en la estación de Pitis.

Y en 2004 José Luis Garci convirtió a Elsa Pataki en taquillera en “Tiovivo c. 1950”, siguiendo los pasos de Gracita Morales en “Un vampiro para dos” (Pedro Lazaga, 1965). Por cierto, que en esa misma película su marido en la ficción, José Luis López Vázquez también trabajaba en el metro.

Fotograma de Que Dios nos perdone
Que Dios nos perdone (2016)

Seguimos en el siglo XXI y recordamos cómo un asesino huye de Roberto Álamo y Antonio de la Torre (que ya había pisado el metro en ‘Dispongo de Barcos’, de Juan Cavestany, en 2011) por la estación de Ópera en 'Que Dios nos perdone' (Rodrigo Sorogoyen , 2016). Poco después Víctor Moreno mostró cómo es la vida bajo nuestros pies en ‘La Ciudad oculta’ (2018).

Y cerramos nuestro repaso al ritmo de Raffaela Carrá en la estación de Chamberí, donde se rodó uno de los números musicales de ‘Explota, explota’ (Nacho Álvarez, 2020).

Fotograma de Explota, explota
Explota, explota (2020)

Y es que esta estación fantasma, hoy convertida en museo, acoge cada año diferentes rodajes, aunque, sin duda, uno de los cineastas que mejor la ha inmortalizado ha sido Fernando León de Aranoa, que la convirtió en “Barrio” (1998) en refugio de personas sin hogar.

Este breve repaso por la historia de Metro en el cine nos muestra cómo desde su incorporación a la vida de Madrid hace más de un siglo, Metro de Madrid no sólo ha sido testigo del devenir de la ciudad, sino un actor principal. Y así, como hemos visto, lo ha reflejado el cine.