Tras la construcción de la colonia de la Estación a finales del siglo XIX, el Ayuntamiento de Cercedilla vio la necesidad de habilitar suelo público para promover el desarrollo urbanístico del pueblo.

Así, a principios de siglo XX se levantó la colonia de las Praderas, situada junto a la carretera de las Dehesas. Está compuesta por una hilera de viviendas que presentan una línea arquitectónica muy característica de la zona: planta baja destinada a salón, comedor y cocina; planta alta para los dormitorios de los propietarios, y en el sobrado bajo cubierta las habitaciones del servicio. Las paredes exteriores son de mampostería granítica reforzadas con sillares en las esquinas y en los recercados de los vanos. Las fachadas presentan huecos verticales, ventanas balconeras y rematan en tejados a dos aguas con aleros volados, muy empinados y pintorescos.

Construida a partir de 1923 y situada al noroeste del núcleo urbano, se encuentra la colonia Camorritos, cuya creación estuvo impulsada por José de Aguinaga en terrenos cedidos por la Sociedad del Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama. Durante las décadas siguientes trabajarían en la colonia arquitectos de la talla de José María Rivas Eulate, José Luis Durán o Fernando Higueras, quienes plasmarían su personalidad en cada una de su obras, pero manteniendo los rasgos estilísticos característicos de las edificaciones de la colonia, con paredes de piedra berroqueña y madera de pino barnizada y cubiertas apuntadas de pizarra con grandes chimeneas.