Situada en la margen derecha del río Henares, en la comarca de La Campiña que forman las vegas del Jarama y sus afluentes, se encuentra la villa de Alcalá de Henares, a la que separan 33 kilómetros de la Puerta del Sol de Madrid.

Su privilegiada situación, en un enclave de abundantes recursos naturales y junto a importantes vías de comunicación, favoreció el desarrollo de un asentamiento romano que durante el siglo I d. C. recibió el nombre de Complutum, del que hoy se conservan importantes restos arqueológicos. Durante la dominación musulmana la población se desplazó paulatinamente hacia la zona en la que se levantó la fortaleza de Al-Qalat-Abd al-Sala, conocida actualmente como Alcalá la Vieja, en el Parque de los Cerros. Concluida la reconquista de la ciudad en 1118, las tierras de Alcalá pasaron a manos de los arzobispos de Toledo y un nuevo núcleo medieval comenzó a organizarse alrededor del lugar donde la tradición señalaba que habían sido martirizados los santos Justo y Pastor.

Durante los siguientes años la ciudad vería modificada su toponimia en sucesivas ocasiones, pasando de ser conocida como Burgo de Santiuste en el siglo XII a denominarse Alcalá de Fenares a finales de siglo XIV. En esa época la ciudad se convierte en un importante centro económico, administrativo y religioso, lo que impulsaría el crecimiento de su población. Este desarrollo alcanzaría su máxima expresión a finales del siglo XV, cuando el cardenal Cisneros decide fundar la Universidad, lo que situaría a la localidad entre los principales núcleos de transmisión de la cultura humanista en Europa. La Universidad traería consigo la configuración de un nuevo trazado urbano y durante los dos siglos siguientes Alcalá vería como en torno al Colegio Mayor de San Ildefonso se levantaban nuevos colegios universitarios, hospitales y conventos. Tal es el caso del Colegio de Málaga, actual Facultad de Filosofía y Letras; el Convento de Trinitarios; el Monasterio Cisterciense de San Bernardo, conocido como convento de las Bernardas, o el Convento Dominico de la Madre de Dios, actual sede del Museo Arqueológico Regional.

Esos mismos fueron los tiempos en los que Alcalá vio nacer a Miguel de Cervantes, cuya casa natal es hoy el museo más visitado de la localidad, y al Corral de Comedias, el teatro público más antiguo de cuantos de se conservan en España.

Todo el conjunto monumental formado por el trazado urbano, el recinto amurallado y estos edificios singulares, a los que habría añadir otros muchos como el Palacio Arzobispal o la catedral-iglesia magistral de los Santos Justo y Pastor, ha sido reconocido por UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.