A unos pocos kilómetros del casco urbano se encuentra la Ermita de Nuestra Señora de los Remedios. Fue levantada sobre una necrópolis de origen hispano-visigodo de la que todavía se conservan dos sepulturas excavadas en la roca, una de las cuales puede contemplarse en el interior del templo.

En su origen era una ermita dedicada al culto del Apóstol San Bartolomé, hasta que a finales del siglo XVII se desmanteló y amplió, incorporando posteriormente la sacristía. Desde entonces ha sufrido sucesivas transformaciones a lo largo de su historia, siendo las más importantes las realizadas durante el pasado siglo. En los años cuarenta se trasladó hasta la ermita la fachada del antiguo hospital de Juan González el Real y en 1969 se acometió la remodelación completa de su estructura externa, manteniendo solamente la capilla y la sacristía como elementos originales.

En su interior alberga la imagen de Nuestra Señora de los Remedios, patrona de Colmenar Viejo. La actual figura de la Virgen fue hallada en 1914 cuando, al llevarse a cabo la restauración de una imagen anterior, apareció oculta bajo su armazón de madera. Responde al tipo de Virgen sentada en un trono con el Niño sobre su rodilla izquierda, tipología que históricamente alcanzó su periodo de esplendor durante el siglo XII. Debido a sus reducidas dimensiones, es posible que fuera concebida para ser portada por los ejércitos medievales durante las batallas.