Construida a mediados del siglo XVI, la capilla de Santa Ana estuvo vinculada al antiguo hospital del mismo nombre que daba acogida a los eclesiásticos pobres.

El muro de la fachada principal presenta una puerta rematada con un arco de medio punto de grandes dovelas enmarcado por un alfiz con ménsulas. En la parte superior podemos observar una pequeña escultura tallada en piedra que representa a Santa Ana, la Virgen y el Niño. El interior se articula en torno a un patio desde el que se accede a la capilla, construida sobre planta rectangular, con techumbre de madera de estilo mudéjar y decoración renacentista. En el centro destaca el sepulcro de Juan González del Real, capellán de los Reyes Católicos y fundador de la capilla.

A mediados del siglo XVIII la capilla se convirtió en sede de la primera Hermandad de Nuestra Señora de los Remedios. Desde allí se hacía especial hincapié en los preparativos de la llegada de la Virgen durante las fiestas patronales.